GONZALO ALESÓN VIAN


Este mes en mi columna mi intención era hacer un análisis de la feria de Mérida 2018, pero un acontecimiento del que he sido víctima me ha llevado a cambiar mi temática.

Hace unos días sufrí un accidente de tráfico en una de las avenidas principales de nuestra querida ciudad, Mérida. Estando parado en el coche de un amigo, esperando a que el semáforo cambiara a verde para poder seguir con nuestro trayecto, fuimos embestidos por una furgoneta, causándonos lesiones varias y el destrozo del coche de mi acompañante. Fue un gran susto, un susto que podía haber acabado muy mal, en palabras de uno de los agentes de policía que acudieron a auxiliarnos. Un accidente que se podía haber evitado si el conductor causante del mismo hubiera respetado los límites de velocidad establecidos en esa vía. Un lugar de gran tránsito, debido a que se encuentra allí un instituto y un centro de menores. Pero por desgracia, hay muchos conductores que esas normas de tráfico establecidas para seguridad de todos nosotros, esas normas se las saltan, o las ignoran sin más, sin darse cuenta de que con esa actitud lo único que consiguen es poner en peligro la vida de los demás y las suyas propias y causar mucho dolor y muchos problemas.

Algunos se las saltan por cumplir unos horarios de reparto, otros por pensar que son conductores experimentados y que nunca les va a pasar nada, y otros simplemente porque piensan que están por encima de todas las leyes establecidas.

Desde esta columna mensual, y ahora como víctima de uno de estos accidentes de tráfico, pido, ruego, suplico a todos los conductores que cumplan las leyes, que respeten las normas y señales de tráfico, que si en una vía el límite establecido es 50 no se puede superar por mucha prisa que tengamos, que los móviles en los coches no se deben de usar por parte del conductor, y sobre todo que piensen que una imprudencia puede originar el destrozo de las vidas de muchas personas, que sí que cumplen las normas. Ninguna prisa, ningún horario de reparto, puede justificar el saltarse esas normas de seguridad vial.

También desde aquí pido respeto de los conductores hacia los ciclistas que nos encontramos por carretera. Y también a las personas que circulan en moto o ciclomotor. Respeto mutuo, de ambos. No puede ser que haya tantos ciclistas atropellados por conductores imprudentes.

Y por último agradecer a la Policía Local de Mérida y a los servicios de emergencia del 112, su rápida presencia en el lugar del accidente, sus palabras de ánimo y sobre todo su buen hacer.

Ojalá entre todos podamos evitar que se repitan accidentes de tráfico originados por la imprudencia de algunos que piensan que a ellos nunca les va a pasar.

Y sobre la Feria de Mérida 2018 simplemente felicitar al equipo de gobierno municipal, con su Alcalde a la cabeza, por una gran Feria, en la que se ha demostrado que los emeritenses tienen ganas de divertirse. Enhorabuena.

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