Antonio Luis Vélez Saavedra

SIEx Mérida


Asunto emocionante el del fútbol en Mérida donde, a la pasión que se genera en los partidos del Romano, se une la continua incertidumbre en la relación del ayuntamiento con el primer equipo de la ciudad. Al igual que una buena o mala decisión del árbitro en un partido de los nuestros provoca la alegría o las iras de la afición, también las decisiones del ayuntamiento son objeto de la bronca o el aplauso a partes iguales del respetable.

Y es que lo de los continuos cambios en la relación del consistorio con el Mérida AD es el cuento de nunca acabar, subvenciones que se dan y se quitan, convenios que duran poco o no llegan ni a ejecutarse, el uso y limpieza de las instalaciones o el mantenimiento del césped, son noticias y temas de conversación recurrentes, lo que pone de manifiesto la poca claridad de ideas o fortuna para intentar resolver de una vez el problema, definiendo de una vez y con claridad el terreno de juego para dar estabilidad al equipo y tranquilidad a los aficionados.

El deporte profesional en Mérida, comenzando por el fútbol por su condición de mayor interés social, y también cualquier otro deporte con menor tirón social, llámese ciclismo, piragüismo, gimnasia, o ajedrez, pero que también haga promoción de la ciudad en el ámbito nacional, debería tener un convenio estable, que permitiera a los equipos conocer de antemano cuáles serán sus ventajas y también obligaciones como equipos representantes de la ciudad. Como es normal en otras ciudades, firmar convenios que fueran revisables a medio largo plazo y así evitar la continua situación de provisionalidad y la dependencia del color político de turno, que dadas estas circunstancias tiende a utilizar el deporte como arma política, como se pudo comprobar en las últimas elecciones con la inclusión en las listas del PP de un conocido futbolista, o la reciente polémica en el Pleno Municipal sobre la subvención al Mérida AD  y al EF Emérita Augusta, abono para el populismo de unos y otros.

Y si la situación no es estable en cuanto al primer equipo de la ciudad, mucho menos en cuanto al deporte base y a las escuelas deportivas, que una vez recortadas las subvenciones municipales y de la Junta de Extremadura por la crisis, y el pago abusivo por el uso las instalaciones municipales que impuso el Partido Popular y que aún no ha revocado el actual equipo de gobierno pese a las promesas al respecto, ha dado como resultado que muchos de los clubes sin ánimo de lucro que se encargan de dinamizar y promocionar el deporte entre los más jóvenes se encuentren en situación de asfixia económica que, de persistir, les llevaría a su desaparición.

En ambos casos, tanto en el deporte profesional como en el de base cabe aplicar el conocido aforismo: “A todos según sus necesidades y a cada uno según sus méritos”, como punto de partida para normalizar la situación y que en cada ámbito se asegure que la relación con todas las diferentes entidades deportivas no dependa de criterios de afinidad o extradeportivos, y esté ajustada a cada caso, si se establecen unos criterios estables y adecuados todos ganaremos el partido.

 

 

 

 

 

 

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