ENTREVISTA realizada a Pepe Fouto para la Edición Impresa de MeridaComarca en Octubre de 2016

«Hubo mucha gente interesada en que el Mérida desapareciera, cuando eres más importante que los políticos, date por jodido»

foutoCuando uno llega a casa de don José Fouto Carvajal, Pepe, para los amigos, respira grandeza, nostalgia y humildad. Grandeza, porque en las paredes de su mesón, (si esas paredes hablasen), hay colgadas buena parte de la gloria de aquel Mérida, que se paseó sin miedo, cuan Don Quijote, por la Liga de las Estrellas. Nostalgia, porque en los profundos ojos oscuros y rodeados de arrugas, de las batallas de la vida, se vislumbran las miles de historias, en torno a su Mérida y al fútbol, que habitan en el recuerdo de su memoria y de las que el imaginario popular, sólo sabe una pequeña parte. Y humildad, por el trato humano, cercano y cariñoso que, tanto él como toda su familia, siempre dispensan a sus invitados y a cualquiera que para a Pepe Fouto, por la calle, para saludarlo. Ahora, vuelve a ir al estadio Romano y al fútbol, a ese estadio al que injustamente, alguien decidió quitarle el nombre. Va como un abonado más a ver a su Mérida, y no es raro, ver la ilusión que despierta en los más jóvenes, que lo paran aún para fotografiarse con él. Y es que, aunque les escueza a algunos, tenemos la suerte de poder seguir viviendo aventuras, con una leyenda vida del fútbol extremeño y español.  Nos recibe en el salón de su histórica casa, algo nervioso y fumando (no ha perdido la costumbre), atento a las noticias de los informativos, sobre la convulsa situación política de España y con los ecos, recién pasados del cumpleaños de su amada esposa Isabel y del bautizo de su último nieto, Enrique. No puede ocultarnos la felicidad que le hace ver que 2 de sus hijos, Joselito e Isaac, continúen ligados al mundo del fútbol, y el anhelo, que le haría, que alguno de sus 3 nietos barones, Antonio, José o el recién bautizado, sean futbolistas algún cercano día.

 

 

¿A qué se dedica hoy Pepe Fouto y cómo se encuentra de salud?

Muy bien y tranquilo. Ya superé la enfermedad. Y ahora que tengo tiempo, salud y ganas, y que el fútbol no me absorbe tanto tiempo, me dedico a muchas cosas.

¿Cómo llegó al mundo del fútbol y al Mérida?

Casi por casualidad. Estaba allá por los 70 en una directiva, en la que el presidente era Álvarez Benito. Después entró Salvador Martín. Hubo un vacío de poder, y yo iba a presentar en la sede donde se hizo la reunión, un documento para que fuese Hernández Rama presidente, que me dijo que, si no se presentaba nadie, lo haría él. Me levanté, yo era conocido por mucha gente, y empezaron a aplaudirme y al final, fui yo el presidente. Y a partir de ahí, vino todo lo demás. Estuve unos años, me fui, volví y en la década prodigiosa de los 90, ascendimos de 3ª a 1ª División.

¿Cómo con barro se llega a construir un rascacielos y a participar en la Liga de las Estrellas?

Con mucho trabajo y esfuerzo, con mucha afición y cariño y con un poco de suerte. Los principios no fueron fáciles. El equipo estaba en 3ª, con muchos problemas y rodeado de una buena directiva, lo ascendimos hasta 1ª. Fueron momentos inolvidables. He vivido 7 ascensos. Pusimos a Mérida en el mapa, no sólo nacional, sino mundial.

Aunque la historia no ha sido justa, la memoria sí, a tenor del gran cariño que te tiene la gente. ¿Qué pasó para que el sueño del Mérida se tornase en pesadilla?

Muchas cosas. Han pasado 16 años y la gente se ha dado cuenta de la verdad. Hubo muchos enfrentamientos innecesarios. Nunca los quise, preferí el diálogo. Pero claro, una persona que quitaba protagonismo a los políticos, a nivel de ciudad y de región, y no lo llevaban bien. Si tú estás en Primera División en una ciudad pequeña, y eres protagonista casi todos los días en los medios nacionales, y vas por la calle y los críos te piden autógrafos, y pasa el político de turno y lo ignoran, pues date por jodido.  A parte, no se reconoció el esfuerzo que hicimos: el mejor campo de fútbol de Extremadura, todo lo que nos pidió la Liga Nacional y una Ciudad Deportiva a costa de nuestro dinero, y no se nos reconoció. Hubo una guerra terrible entre los políticos y directivos del club, hasta que dije basta y no quise poner más dinero, porque creí que no me correspondía, porque con las plusvalías teníamos suficiente. El Mérida desapareció por 600.000€. Pero todo pasó y no guardo rencor a nadie y me llevo bien con todos. Cada uno sabe lo que hizo.

¿Qué tal te llevas con los alcaldes que ha tenido y tiene Mérida?

Vélez es todo un caballero y gran señor, buen político y que ayudó mucho al Mérida. El mejor alcalde sin duda alguna y fue muy valiente en la toma de decisiones. Acedo, hizo cosas buenas y malas, pero mi relación con el hoy es cordial. Ángel Calle, sin comentarios, no me trae buenos recuerdos. Y Osuna, va a ser un gran alcalde y muy bueno para la ciudad, es un currante nato.

¿Qué paso por su cabeza el día que dice esto se acabó?

Una enorme tristeza, después de lo que conseguimos con muchísimo esfuerzo en una ciudad tan pequeña, llevarla a 1ª, después de más de 30 años dirigiendo al club, te hunde y duele todo. Era mi querida. Una gran obra que construimos entre todos, incluida la afición, y que de un plumazo se derrumba todo, quizás, por culpa mía y culpa de todos, por no haber dialogado más, cosa que yo sí lo intenté, pero a otras personas, en ese momento, no le interesaba que estuviera yo, porque le quitaba protagonismo y les podría hacer daño, políticamente, porque a partir de que yo dije que me presentaría a las elecciones a la alcaldía de Mérida, y las encuestas que yo tenía me eran muy favorables, desataron una cruenta guerra y fueron a por mí y se llevaron por delante al Mérida.

¿Qué no hubieses hecho ahora que hiciste en su momento?

Después de desaparecer, el Mérida vuelve a pasar otro momento muy difícil en su historia y por eso existe hoy el Mérida, que incluso renunciamos a una importante cantidad de dinero para que no desapareciera por segunda vez, cuando los aragoneses dejaron el club en 3ª división y arruinado, con una deuda que decían que era de 400.000€ y al final era de 800.000€. Algunas peñas vinieron a mi casa, a intentar que empezara el equipo en Regional Preferente, para subir para arriba, yo no quise, hable con mi hijo que no quería tampoco, lo convencí, cosa que me arrepiento, y pusimos el dinero. Quizás si lo hubiese puesto el dinero, en aquel momento, el Mérida no hubiera desaparecido. Pero como aquello estaba tan enconado y era una cuestión de amor propio, de que a mí no me correspondía, y teníamos el estadio y tres plusvalías, no lo puse. La gente tiene que entender también la situación de cada persona y el ayuntamiento me volvió la espalda. Nos enrocamos unos contra otros y desapareció el Mérida. Me arrepiento de no haber puesto el dinero, hubiéramos seguido y después me hubiera ido.

Además de la salud, ¿cuánto dinero te costó el Mérida?

Mucho, porque en aquellos momentos tenías que poner dinero. Hay mucha gente que pensaba que cuando las manos negras consiguieron la quiebra del club, que se pudo solucionar. Según la jueza, que era totalmente inexperta y no sabía de qué iba este tema, reabrió un expediente que estaba archivado durante 7 años, porque cometimos un supuesto delito fiscal, de no haber declarado el I.V.A., porque nosotros de siempre, nuestra pelea era que, en los campos de fútbol, el I.V.A. era de junio a junio y la jueza, no nos hizo caso y nos metió por delito fiscal, según ella, por no haberlo declarado, cuando lo hacíamos de junio a junio. Pero te mete por delito fiscal y eso, tiene hasta cárcel. Pero eso no quiere decir que te hayas llevado dinero. Hoy vas, lo declaras, dices que no tienes para pagar el I.V.A. y no pasa absolutamente nada.

¿Hubo gente muy interesada en que Fouto no siguiera en el fútbol y desapareciera el Mérida?

Sí. Mucha gente. El Mérida, hacía mucho daño en una ciudad pequeña. Cuando tú eres más importante que los políticos, date por jodido.

Toda la gente quería pasar antes por 3 lugares: la Moncloa, el palco del Bernabéu y la casa de Pepe Fouto. ¿Cuántas personalidades han pasado por tu casa?

Muchas, porque he tenido muy buena relación siempre con todos y sigo teniéndola. Los presidentes comíamos en mi casa y hacíamos una fiesta. Muchos políticos, empresarios, gente de fútbol, periodistas como García, de la Morena. Incluso hemos hecho programas de radio a nivel nacional desde mi casa como El Larguero.

¿Qué era Jesús Gil para usted?

(En este momento de la entrevista se emociona y se le humedecen los ojos, como volverá a pasar, al recordar la desaparición de Juanito).

Gil, era el mejor amigo que he tenido en el mundo del fútbol. Yo lo conocí peleándonos, por unas declaraciones que hice que no le gustaron, y me mandó unos ‘mamatrostes’ que mandaba entonces, en aquella época con García. Pero como no tenía maldad, nos encontramos en Marbella, donde estaba yo de vacaciones, gracias a un amigo en común, como era el gran periodista Roberto Gómez, que me dijo si estaba allí, que me iba a mandar una cosa Gil, y me envió una tarjeta con su número de teléfono y me dijo que lo llamase y fuera a verlo. Fui y comenzó una sincera y gran amistad, que aún perdura con sus hijos y su familia. Era un fenómeno. Tengo momentos memorables. Ayudó mucho al Mérida. Cuando necesitábamos algo del Atlético de Madrid, sólo teníamos que pedirlo. Nos dio a Benítez el paraguayo, que fue vital para ascender a 2ª, cuando lo querían equipos de 1ª División. Se lo trajo por pena de un equipo perdido de 3ª División y le dijo que o venía al Mérida o no venía a ningún lado y no jugaba más al fútbol. Sentí mucho su pérdida. Entre nosotros no había secretos. Él fue como un padre para mí y yo era un hijo más.

¿Cómo fue la famosa venta de Canabal, en la cual, también participó Gil, para convencer a Lorenzo Sanz?

La venta fue muy fácil. Heynckes estaba siguiéndolo, jugamos un partido el Campeón de 1ª y el de 2ª División, me llamó Lorenzo Sanz que veníamos de perder en Madrid contra el Castilla. Estaba con nosotros jugando Quique Martín y en el banquillo le decían todos a Heynckes que el pequeño era muy bueno y él dijo “no, el bueno es el grande”. Y Pirri le dio los informes, después vino Capello y se hizo la negociación. Le dije que teníamos ofertas, y Gil para ayudar, dijo que él también lo quería y se picaron entre los dos, conseguimos sacar más dinero y acabó en el Madrid.

¿Cuándo llegan los momentos muy duros del cáncer, que curiosamente, ¿Maxi, el presidente de la cantera, también lo padeció y superasteis los dos, de qué le valió el fútbol?

Me ayudaron mucho las llamadas y visitas, ver que se preocupan y te animan, te estimulan y dan fuerza de voluntad para superarlo. Ya está superado y que Dios nos de salud mucho tiempo.

¿Quién ha sido para usted, el mejor jugador y el mejor entrenador que ha pasado por el Mérida?

Desde luego, una de las personas más importantes de la historia del Mérida, es sin duda alguna, Tarriño, que lo ha dado todo y lo da por este club. De jugadores te podría decir varios. Para mí, Sinval, ha sido el mejor, espectacular, aunque aquí empezó muy mal hasta que se adaptó. Tenía que haber jugado en un equipo de los grandes de España. Pero también, cuando ascendimos a 2ªB, teníamos uno al que llamábamos El Canario, que era un futbolista espectacular. Toribio, Quique Martín, Benítez, Momparlet, Luis Sierra. Y como entrenador Sergio Kresic.

¿Cuál sería el 11 ideal del Mérida, de los jugadores de su época?

De entrenador Kresic. Portero Cañizares. Lateral derecho Marino. Centrales Luis Sierra y Momparlet. Lateral Izquierdo José María. En el medio campo Correa, Marcos Martín, Gonzalo de los Santos. Luego Quique Martín, Sinval y Benítez. Pero hay muchos más.

¿A qué jugador te arrepientes de haber traído al Mérida?

A Pablo Alfaro. Es un personaje siniestro que, junto con Marcos Martín, influyeron mucho en la desaparición del Mérida. Alfaro era el primer interesado en que desapareciese el Mérida, porque tenía un contrato firmado con el Sevilla, de tres temporadas, a razón de 80, 90 y 100 millones de pesetas, íntegros para él. Yo le dije que fuera al Sevilla, pero que me pagase, como era normal. Y Marcos Martín, siendo para mí un futbolista excepcional, lo mismo con el Mallorca. A partir de ahí, fue engañando a mucha gente, que ahora me lo reconoce, Mariano, Cortés, al mismo Prieto. Al final, no pudo esperar un solo día, 4 horas que les pedimos de plazo, porque habrían quitado la denuncia y al día siguiente se hubiera solucionado, y no quisieron.

¿Cómo llega Juanito al Mérida y qué recuerda de aquel trágico día de su muerte?

El que iba a venir era Camacho, con el que yo tenía un acuerdo ya. Me llaman unos amigos míos de Málaga, sobre las 10 de la noche, y me dicen que Juan, está pasando por un trance muy difícil y unas necesidades económicas muy grandes. A las 11, llamé a Ángel Castillo, que era el representante de Camacho y de Juanito y le dije lo que estaba pasando. Ángel, inmediatamente, llama a Camacho, y Camacho le dice, dile a Pepe, que primero Juanito, que es el que lo necesita, que yo, a Dios gracia no lo necesito. Fue un acto de honradez, señorío y de corazón. Camacho es todo corazón, una persona a la que quiero muchísimo y tengo una gran amistad con él. Por eso vino Juanito, porque el entrenador del Mérida era Camacho. Juanito puso al Mérida en el mapa y empezó a crecer el club, por lo mediático que era él. Era Dios, muy carismático y muy mediático.

Y su muerte fue el día más triste en el fútbol, cuando me llamó la policía municipal a las 2 de la mañana, que fuese a la comisaría, que tenían que hablar conmigo, que Juanito había tenido un accidente. Ya te pones malo. Llegas allí, te dan la noticia y te quedas atontado, desnortado, desnubilado, que no sabes que hacer. Y cuando llegas a las 6 de la mañana a Talavera, que no sabes lo que te vas a encontrar allí y te encuentras lo que te encuentras, pues viví uno de los peores momentos en el fútbol y quizás en mi vida.

¿Cuál fue la ficha más alta que pagó?

La ficha más alta fue de 800.000$, por Gonzalo de los Santos, pero luego lo vendimos por 2 veces más lo que valió. La forma en la que subsistíamos era comprando jugadores y luego los vendíamos por 2 o 3 veces más, porque en Mérida, era una ciudad pequeña y sólo con la publicidad era imposible. Si los hubiera podido mantener todos esos futbolistas, hubiéramos hecho un bloque, que hubiéramos jugado hasta UEFA.

¿Te gustaría ser Presidente de Honor del Mérida?

Yo tengo satisfecho todos mis deseos dentro del mundo del fútbol. Me da lo mismo. Nunca he estado en el fútbol para que me dieran medallas, sino para trabajar. En una ciudad en la que nací, en la que he vivido y sigo viviendo, en la que viven mis hijos y a la que quiero mucho, y lo del fútbol, lo hice con todo el cariño del mundo y toda la fuerza que tuve. Estoy satisfecho con lo que me ha dado el fútbol.

Ahora que se quita la inscripción en la concatedral de Primo de Rivera, por respeto a la memoria histórica, ¿sería de justicia que devolviesen su nombre al Estadio Romano?

No me lo planteo y nunca he tenido ningún ego personal. Creo que no se debió hacer eso. Yo no pedí que le pusieran mi nombre al campo. Lo pusieron, cosa que tengo que agradecer al alcalde entonces. Me dijeron que había habido firmas para quitar mi nombre al campo y fue mentira. Porque el concejal de deportes por entonces, me dijo que no había llegado ni una sola firma y lo quitaron. Me duele, por mis nietos, porque el día, de mañana, alguien le pueda decir, que le quitaron el nombre al estadio, porque su abuelo robó. Cosa que es mentira, porque nadie robó nada. Fue un tema fiscal por una declaración de I.V.A. Eso sí me duele, porque creo que fue muy injusto y una venganza muy pobre. Pero tampoco tengo ningún rencor a la persona que me lo dio y luego me lo quitó.

 ¿Qué le debe el fútbol a Pepe Fouto?

A mí el fútbol no me debe nada. Todo lo que hice lo hice por mi ciudad, porque nací aquí, era un enamorado del fútbol, quería mucho al Mérida, porque lo ves como un hijo pequeño tuyo que crece hasta hacerse mayor, con su carrera terminada, pues lo mismo era el fútbol para mí. Desde 3ª a 1ª y vivir todo lo que vivimos y significó para la ciudad, pues estoy más que pagado y más que satisfecho.

¿Un momento, una frase y una persona que nunca olvidarás en el mundo del fútbol?

He vivido muchos momentos y frases inolvidables. Hay mucha gente que no olvidaré en el fútbol. Una de las personas que he querido más en el mundo del fútbol y que no olvidaré nunca es Luis Sierra. Y a Jesús Gil. Tengo millones de anécdotas con presidentes y nos hemos reído mucho en la Liga Profesional de Fútbol.

¿Si fueses presidente del Mérida en la actualidad, a qué entrenador y a qué jugador, te gustaría traerte al equipo?

A Guardiola y a Messi, sin duda y soy del Madrid. Guardiola es un entrenador fantástico y Messi es el mejor jugador de la historia del fútbol y eso que yo vi jugar a Di Stefano. Ni Maradona, ni Pelé, Messi.

Supiste inculcarle el gusanillo del fútbol a tus hijos. Uno es un importante abogado y representante en el mundo del fútbol y fue presidente del Mérida. Otro un gran periodista deportivo. El más pequeño está estudiando para entrenador. Y posiblemente, algún nieto puede ser periodista. ¿Qué te supone que sigan tu pasión?

Hombre, aquí lo que se vivía era fútbol en casa, nacieron, crecieron y se fueron haciendo mayores con el fútbol, en una casa donde sólo se vivía fútbol. Isaac, por ejemplo, el periodista, siendo yo presidente y tal ya iba con un micrófono. Se iba con José Antonio Reina, que lo llevaba con él siempre y ya empezó hacer sus entrevistas. Era muy inquieto y le gustaba mucho la radio y la verdad es que, Reina, lo metió en ese tema y se iba a los desplazamientos y todo, le dio una buena oportunidad, lo inculcó en eso y tuvo un buen maestro.

José, dejó el fútbol y fue presidente. Hizo su carrera de abogado y tiene un máster deportivo, y está en el mundo del fútbol, pero a otros niveles, como abogado y realizando importantes traspasos de jugadores y está funcionando muy bien, a nivel mundial y lo está haciendo fenomenal.

¿Cómo ves el Mérida actual?

Lo veo muy bien y le pido a la gente que tenga paciencia. El Mérida está en muy buenas manos, y tengo una magnífica relación con Dani Martín y con Bernardo Plaza, de vez en cuando nos vemos, hablamos mucho, comemos y creo que lo están haciendo muy bien. Para mi Daniel es una excelente persona, me parece muy buen presidente y creo que el Mérida está en muy buenas manos. Este año había puestas muy buenas expectativas, que de momento no se han cumplido y humildemente, le pido a la gente que tienen que tener paciencia y comprender que van sólo siete jornadas de liga y queda mucha competición por delante y, al final, va a estar arriba. Que confíen en el presidente y en la directiva, porque creo que lo están haciendo muy bien y el Mérida está en las mejores manos posibles.

¿Cómo le gustaría que le recordase el mundo del fútbol?

Como Pepe Fouto, con el cariño que me tienen y siento en mi ciudad y fuera de ella, porque todavía se acuerdan del Mérida y de lo que hicimos, y para mí eso es una enorme satisfacción. Mejor recuerdo que con mucho cariño y humildad, ninguno.

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