Ante la próxima celebración de los carnavales, la Delegación de Igualdad de Género del Ayuntamiento ha enviado un escrito a las AMPAS de los centros educativos y a la Escuela municipal de padres, en la que les hacen llegar una serie de informaciones y recomendaciones para poderlas tener en cuenta en el momento de elegir los disfraces para sus hijas e hijos.
La hipersexualización de la infancia se define como “la sexualización de las expresiones, posturas o códigos de la vestimenta considerados como demasiado precoces”, significa representar a niñas y niños, como personas adultas en miniatura; para ello reciben estímulos inapropiados para su edad, en el caso de las niñas se les adelanta la infancia, se promueve el estereotipo de niña-mujer con las perjudiciales consecuencias que ello conlleva. Esto hace que se las cosifique, resaltando cualidades superficiales y tratándolas como objetos sexuales perpetuando así estereotipos de género que clasifican a mujeres y hombres con etiquetas sociales: las primeras como seres dependientes, preocupadas por la estética y la belleza, por los cuidados, tareas del hogar y a los segundos por la agresividad, el mundo profesional, el dominio o la resolución de problemas.
Así, en muchos casos podemos hablar de disfraces infantiles y juveniles hipersexualizados, disfraces de profesiones, súper heroínas y princesas que aparecen ceñidas y con minifaldas; el envoltorio o los catálogos con las fotos de dichos disfraces muestran a las niñas posando y no en actitud de juego. Esto trae consigo que se refuercen los estereotipos machistas, se enseña a las niñas y chicas jóvenes a preocuparse en exceso por su estética, a ser personas objeto; lo cual es el caldo de cultivo de la violencia machista.
La igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres es la base sólida donde deben apoyarse las sociedades libres y democráticas. La consolidación de los derechos sociales, económicos y políticos deben girar en torno a la construcción de un nuevo modelo social que contemple la igualdad y elimine las desigualdades entre mujeres y hombres para prevenir así la violencia machista.
Los disfraces deben ser flexibles y creativos, rompiendo así los estereotipos asignados a mujeres y hombres y adaptados a la edad. El ideal sería poder conseguir precisamente que nuestras criaturas no asuman sin más los roles de género establecidos, sino que puedan cuestionarlos y decidir libremente de qué manera quiere expresarse.
Por todo ello, para elegir los disfraces podemos reflexionar sobre los siguientes aspectos:
¿Qué cualidades muestran los disfraces para las niñas y para los niños? Si son de profesiones… ¿se asignan profesiones diferentes por sexo?
¿Qué disfraces tienen más cantidad de ropa, las de chicas o las de chicos? ¿A qué crees que se debe?
¿Qué imagen desprenden los disfraces?
También podemos hacer uso de las siguientes recomendaciones
Evita comprar disfraces en los que en su envoltorio aparezca el adjetivo sexy.
Es aconsejable elegir un mismo disfraz para ambos sexos dentro del mismo curso escolar; sin diferenciación alguna.