Antonio L. Vélez Saavedra

Siex Mérida


El pleno municipal es el máximo órgano de gobierno de una localidad y está integrado por todos los concejales elegidos en las elecciones municipales y presidido por el alcalde. Su finalidad es la de servir de espacio para poder debatir de manera pública los aspectos más importantes que se refieren a la población y también para poder votar las decisiones que al respecto competen.

El funcionamiento del pleno está reflejado en su reglamento, y las diferentes sesiones son públicas tanto en el libre acceso de los ciudadanos como en la publicación de las actas de las sesiones en la web municipal. En esta legislatura además se han llevado a cabo varias mejoras que venían comprometidas en el programa electoral local, como han sido la celebración de las sesiones por las tardes y la incorporación de un turno de ruegos y preguntas para los vecinos que asistan a las sesiones, ambas cuestiones con buen criterio para asegurar la participación ciudadana en la institución municipal.

Recientemente incluso se ha planteado una reciente actualización del funcionamiento del pleno para que los concejales que no puedan asistir a las sesiones por alguna causa mayor, puedan hacerlo de forma telemática, con lo cual podremos seguramente asistir a alguna comparecencia desde una pantalla como las de Rajoy o Puigdemont en la sala de plenos del ayuntamiento, para no perdérselo.

También muy importante ha resultado de cara a la información de los ciudadanos la reciente retransmisión de los plenos por Televisión Extremeña y la continua atención prestada por medios independientes como este MéridaComarca a la política y actualidad municipal.

Ahora bien en mi opinión y, aún más importante, cabe una mejor utilización del pleno municipal en su condición de máximo órgano de representación política de los ciudadanos a nivel local. Y es la ausencia en sus sesiones de los temas que realmente si configuran la realidad y el futuro de una ciudad y que verdaderamente afectan e importan a los ciudadanos, y pongo por ejemplo la privatización del servicio de transporte público y la zona azul aprobada en la anterior legislatura o la privatización del espacio público que es el Mercado de Calatrava tan de actualidad. Esas decisiones que afectan, y durante mucho tiempo, a los ciudadanos sin duda deberían estar sujetas a un amplio consenso de toda la representación política en el pleno municipal, y no aprobarse ‘de tapadillo’ en la Junta de Gobierno Local, donde solo está representado el gobierno de turno y este tipo de decisiones se toman de forma unilateral.

Si se quiere mejorar la salud de la política municipal hay que empezar por ahí, y también por dotar de más agilidad al pleno en sesiones donde se lleven todos los asuntos más ‘domésticos’, mociones y propuestas más modestas, que afectan al diario de los emeritenses y que se atascan a la espera de ser tramitadas en comisiones o concejalías.

Insisto, al pleno lo que es del pleno.

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