Juan Barquilla
Portavoz de Ciudadanos Mérida
La historia indica que el arte tuvo una función ritual, mágica y religiosa, que fue cambiando con el correr del tiempo. En Grecia se incluían seis disciplinas dentro del arte: la arquitectura, la danza, la escultura, la música, la pintura y la poesía. Con el Renacimiento italiano se comienza a distinguir entre la artesanía y las bellas artes. El artesano es aquel que se dedica a producir obras múltiples, mientras que el artista es creador de obras únicas.
Más recientemente ya incluimos al cine como el séptimo arte; a la fotografía como el octavo arte. La televisión, la moda, la publicidad y los videojuegos son otras disciplinas que, en ocasiones, son consideradas como artísticas.
Si tuviéramos que definirlo en una frase, recordaríamos a Tomás de Aquino “el arte es el recto ordenamiento de la razón”, aunque sin duda, y para el tema de este artículo parafrasearía a Wolf Vostell, “arte es vida, vida es arte”
Existe en nuestra ciudad una reivindicación histórica no exenta de discrepancias.La implantación de una Facultad de Bellas Artes, sin evitar agravios comparativos entre otras posibles postulaciones.
Muchos jóvenes extremeños durante décadas han tenido, y tienen, que seguir yéndose a estudiar fuera y buscarse su futuro en otros lares. Reivindicación, con “pistoletazo de salida” en el año 1978, año en que se introdujeron estos estudios artísticos dentro de la universidad.
Muchos años desaprovechados sin una expansiva y atractiva ofertade educación cultural propia al más alto nivel, ha originado una ralentización cultural y artística. Propiciada en buena medida por cierta desidia política.
Viéndonos privados de intercambios artísticos y culturales con otros países, en cierto modo aislados del panorama universitario artístico-cultural internacional y privados indirectamente de una fuente de ingresos importante en torno a producciones de las artes plásticas. El caso de Helga de Alvear o Vostell, son un anticipo de una realidad más prometedora.
Desde la agrupación de Ciudadanos Mérida, siempre creemos conveniente pasar a la acción y apostamos por políticas útiles.Creemos en unas dignas enseñanzas artísticas al mejor y más alto nivel. La Facultad de Bellas Artes debe ser motivo de acuerdo y no lo contrario. Creemos que nuestra tierra lo merece.
Consideramos a nuestra ciudad como marco propicio para la formación en las Bellas Artes. Ciudad Patrimonio de la Humanidad, albergando un centro museístico de relevancia internacional, el MNAR; y un Patrimonio Histórico que engloba todos los estilos artísticos, incluida la arquitectura contemporánea con obra de arquitectos de primera fila.
En cuanto a otros estudios superiores, Mérida es sede desde 1932 de la única Escuela oficial Superior de Artes y Diseño de Extremadura, antiguas “Artes y Oficios Artísticos” donde actualmente se imparte el bachillerato artístico, y titulaciones como Diseño Gráfico y Diseño de Interiores. Donde tenemos la problemática existente con las equivalencias de titulaciones. Una igualdad real de oportunidades para la cumplir con la excelencia educativa preceptiva, en la que se incluyen el añorado Master de Diseño.
Junto a las Bellas Artes y Diseño, las enseñanzas de Restauración. Creándose una propia escuela de restauración. Instituciones radicadas en la ciudad cuentan con sus propias unidades de restauración, tanto el MNAR como el Consorcio. Pero, sobre todo, el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Junta de Extremadura. Un patrimonio histórico artístico civil y eclesiástico como el extremeño, pueden dar salida a nuestros propios restauradores y empresas de restauración autóctonas, evitando en el futuro los costosos gastos que conllevan la contratación de especialistas y empresas externas.
Las enseñanzas artísticas al completo estarían aseguradas y la experiencia de aprender en un entorno privilegiado haría de nuestra región más atractiva formativamente hablando, ante la oferta de una formación de calidad de primer orden.
Entendemos que estas enseñanzas precisan de muchos años de estudio, no son aptas para formación “online” y por su idiosincrasia basan sus asignaturas en las prácticas de forma presencial. En nuestra ciudad somos afortunados de poseer un rico patrimonio artístico y cultural, mucho aún por catalogar, y que puede ayudar a formar a nuestras generaciones futuras.
MÉRIDA SERÁ LO QUE LOS EMERITENSES QUERAMOS QUE SEA.
