JUAN BARQUILLA

Portavoz de Ciudadanos Mérida


Hablando esta semana con un amigo, me comentaba el triste aniversario de uno de los mayores fraudes y atentados contra la salud pública de las últimas décadas, la mayor crisis de intoxicación alimentaria a la que se haya enfrentado nuestro país nunca. La intoxicación del aceite de colza. El síndrome tóxico dejó 20.000 afectados y cerca de 1.000 muertos.
Un equipo de médicos enfrentándose a todo un Ministerio de Sanidad lanzó un último órdago:
«O sale en el Telediario a advertir sobre el aceite o mañana lo hago yo en una rueda de prensa en el hospital»
Fue el punto de partida para poder empezar a tratar adecuadamente a miles de afectados. El resto de la historia la conocemos y a día de hoy, muchos afectados siguen esperando una indemnización.
De tertulia con mi amigo, sociólogo para más inri, nos llamaba la atención como había pasado casi inadvertida esta noticia de gran calado entre los medios de comunicación, redes sociales y demás “suministradores” actuales de información.
Una de las conclusiones a las que llegamos fue que actualmente estamos copados diariamente de noticias, sobrecargados de información… internet, televisión, radio y prensa escrita.
Hace menos años de los que creemos cualquier titular actual daría para más de un magazine y muchas tertulias.
Me impuse una tarea, investigar en los motivos del bombardeo actual de noticias en nuestro país, sobre todo negativas y provocadoras hacia ciertos sectores de nuestra sociedad, me llamó poderosamente la atención que ciertos estudios coinciden en muchos aspectos que procedo a trasladar.
El bombardeo de noticias negativas hace que nos volvamos más temerosos y agresivos. Disminuyen la creatividad y la capacidad de reflexión.
En general creemos que por acumular un gran número de noticias y titulares en nuestro cerebro, llegamos a entender mejor el mundo actual. ¡Sorpresa, que ocurre lo contrario! Todo lo importante que debemos saber sobre nuestra vida no está en las noticias, sino que surge tras un proceso lento a través de nuestras propias reflexiones.
De hecho la mayoría de titulares, son incontrolables para nosotros y no podemos cambiar nada a corto plazo, ni una sola de la noticias nos ayuda a tomar una decisión más acertada con relación a nuestra vida privada o profesional.
Según algunos equipos de psicólogos, ver noticias sobre violencia o negativas a nuestras creencias más firmes, intensifica nuestras preocupaciones y ansiedad. Afecta a nuestra habilidad de interpretar el mundo más familiar que nos rodea e interactuar con él.
Sentimos ansiedad o tristeza y de manera subconsciente nos preparamos para eventos negativos y tratamos eventos neutrales como algo negativo, entrando en un círculo vicioso.
Antes de conllevar a errores en este artículo veraniego, aclaro, de lo que se trata es de no volverse adicto a la información, no sentir que si no estamos al tanto de lo ocurrido en el minuto anterior, nos sintamos desinformados.
¿Cómo evitarlo?
Usando algunas técnicas del pensamiento racional. Según los expertos.
Se puede intentando descubrir el sentido oculto de una noticia. Preguntarse a quién beneficia o quién perjudica la noticia. Qué efectos produce y quienes quieren que tales efectos tengan lugar.
Y también revirtiendo completamente los hechos que nos presentan. Mirando como posible y factible todo lo contrario a lo que manifiesta la noticia. Además es entretenido.
Todo lo anterior, viene en advertencia de lo que supuestamente seguirá pasando especialmente hasta elecciones municipales, autonómicas, europeas en pocos meses y posteriormente nacionales. Lo ideal es no sentirse abrumado, manipulado ni una marioneta.
Muy importante creer más en nosotros mismos para así poder “juzgar” con mayor libertad, crítica y reflexión en lo que nos irán “vendiendo”. Poder ver si cambian el discurso y si son éticos y morales en lo que venden, con lo que propugna su partido político de origen.
En este sentido, y podemos decir alto y claro, desde nuestra formación política, Ciudadanos Mérida, el cómo se actúa y se piensa a nivel local, regional o nacional va íntimamente unido y es el mismo lineamiento. Cada vez más reconocido y aplaudido por la sociedad española.
Haciendo un guiño a la actualidad emeritense, que viene marcada por la Feria de Septiembre de este año, una feria distinta, y es así porque es del todo imposible que pueda tener la misma relevancia, si el habitual día de fiesta local del que disfrutábamos se traslada a Carnavales, bajo el único prisma de una particular visión, el cómo y con qué intensidad debían disfrutar los vecinos de Mérida las fiestas representativas de nuestra ciudad.
Desde Cs Mérida entendemos que una sociedad madura y diversa, como es la emeritense, debe poder elegir las fiestas con las que se sienta más identificada, y que los días de fiesta local se ubiquen en base a dicha decisión, y no en base a criterios subjetivos que elijan los políticos que gobiernen en cada momento.
Ya es hora de que los vecinos de nuestra ciudad decidan si tienen mayor grado de identidad con la Mártir Santa Eulalia, Emérita Lvdica, la Feria de Septiembre o con los Carnavales, y donde se deben ubicar los días de fiesta local.
Disfruten de nuestra Feria y Fiestas, en familia y con amigos. Nos leemos crítica y reflexivamente en septiembre.
MÉRIDA SERÁ LO QUE LOS EMERITENSES QUERAMOS QUE SEA.

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