Javier Llanos

Asociación Amigos de Mérida

     


En el caso de eventos como el de nuestro Festival de Teatro, la longevidad se convierte en virtud, y para conseguir edad se consideran ediciones las de años en los que se programó una única representación aislada. Es por esto que en su cronología aparecen mezclados espectáculos de carácter aficionado con propuestas profesionales, obras de temática grecolatina con montajes de teatro popular o incluso representaciones en fechas muy dispares con la actual como abril, mayo o septiembre.

El Festival nace en 1933 con ánimo y empuje para consolidarse, con aquella mítica representación el 18 de junio de la “Medea” de Séneca traducida por Miguel de Unamuno, que se acompañó de diferentes eventos: un recital en la Casa del Pueblo a cargo del elenco y un concierto de la orquesta filarmónica de Madrid en el Teatro María Luisa.

La continuación de la propuesta, con la celebración de la Semana Romana en septiembre de 1934, que incluía la representación de la misma “Medea” y la “Electra” de Hofmansthal, un concierto y un ballet, da idea de que la diversificación de intervenciones culturales tenía como fin dar aún más valor al evento. 

Pero, ya fuera por los cambios en la dirección de los organismos que los promovieron y, a mi parecer, la muerte de Maximiliano Macías y José Ramón Mélida, lo que ocasionó que la tercera edición no se celebrara. Hay que esperar a 1939 para volver a contar una nueva representación en el Teatro Romano, una “Aulularia” dirigida por José Franco, a cargo del Carro de la Farándula, perteneciente a la Falange. Nuevo salto, ahora hasta 1953, con una “Fedra” universitaria, hasta llegar a la representación de “Edipo” en 1954 por la Compañía Lope de Vega, dirigida por José Tamayo. A partir de aquí, nuevas representaciones aisladas de la Compañía Lope de Vega, como las recordadas “Julio César” de Shakespeare o “La Orestiada” de Esquilo, representaciones de Teatro Universitario o las primeras incursiones de compañías internacionales.

No se trata aquí de hacer un repaso a la cronología de espectáculos, sino de marcar la diferencia entre las ediciones de 1933 y 1934, donde el conjunto de actividades da clara visión de que la idea de Festival que se tenía es similar a la de ahora, con las ediciones posteriores, que estuvieron compuestas por representaciones teatrales aisladas.

Una vez Extremadura se constituye como Autonomía, es cuando el Festival puede ser considerado como tal, con la creación de la estructura compuesta por el Patronato, un director, un gerente y la implantación de un Centro de Documentación. En 1984 José Monleón, como director, analiza los antecedentes del Festival, buscando una seña de identidad que lo convierta en referente, añadiendo a lo “grecolatino” lo “mediterraneo”, e impulsando una programación que incluye otros recintos y compagina lo elitista con lo popular. Pero fue precisa la edición previa para la adecuación del Festival a una nueva realidad.

La edición de 1983 estuvo en peligro por los vaivenes de un reciente cambio de gobierno y la nueva estructura estatal que daba competencias a una emergente Junta de Extremadura, que apenas contó con tiempo para la gestión del Festival. Antonio Vélez, recién nombrado alcalde, tomó las riendas y presentó una edición con esencia grecolatina, actividades paralelas y mayor presencia local.  La organización del evento corrió a cargo de tres trabajadores municipales: Juan Carlos Sánchez, Angel Briz Hernández y Santiago Montero. Sorprende no encontrar sus nombres en el completo libro “Mérida: los caminos de un encuentro popular con los clásicos grecolatinos”, escrito por José Monleón para la celebración de las consideradas 50 ediciones del Festival de Teatro Clásico de Mérida.

El programa se abrió el día 24 de junio, con un concierto del Quinteto de Viento del Conservatorio de Madrid, al que siguió “Pluto”, de Aristófanes, “Medea” de Eurípides, “Golfus de Emérita Augusta”, una divertida comedia sobre la construcción del propio Teatro Romano, escrita por Miguel Murillo, José Luis Alonso de Santos, Ramón Ballesteros y J. Manuel Villafaina; “Antígona” de Sófocles, “Tito Andrónico”, de Shakespeare, en versión de Manuel Martínez Mediero, clausurando el 18 de agosto la Orquesta Sinfónica de la RTV Soviética.  El grupo local “La berenjena escénica”  participó activamente en el “Golfus”, se acentuó la presencia de creadores extremeños,  se compaginaron  representaciones  teatrales y musicales, y se programaron dos eventos  de marcado carácter divulgativo: la exposición “50 años”, en colaboración con el Centro de Documentación Teatral y un ciclo de conferencias organizado por la Universidad Menéndez Pelayo, bajo el título de “Ciudad de Mérida”, en el que participaron entre otros, José Monleón y Agustín Carcía Calvo.

Como ya pasara en las ediciones de 1933, 1954 y 1983, la celebración de la edición de este año ha necesitado una apuesta fuerte desde el ayuntamiento, que, en connivencia con el Consorcio del Festival y su director, han conseguido elaborar un programa donde lo local y lo regional cobra una especial relevancia.

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