Agustín Plaza Aguado


Gord@, gafotas, cuatro ojos, Dumbo, enan@ , jirafa , estos adjetivos y otros parecidos desgraciadamente volverán a repetirse coincidiendo con el comienzo del curso escolar, insultos, burlas o poner motes son los principales tipos de agresión, pero también las amenazas, el aislamiento social o el acoso en redes son otros tipos de agresión que han crecido hasta niveles insospechados .

La víctima puede serlo por llevar aparatos de ortodoncia o gafas, por tener sobrepeso, por ser demasiado baja o por ser alta.

Esta situación no hace distinción entre colegios privados, concertados o públicos, tampoco distingue entre españoles, migrantes, sexo, etnias, razas o religiones, si bien alguna de estas condiciones influyen en el incremento de la posibilidad de sufrir acoso.

Como todos los cursos los departamentos de orientación, la jefatura de estudios y el conjunto de profesores vuelven a tener la responsabilidad de prevenir y atajar de inmediato cualquier indicio de acoso que pueda producirse no sólo dentro del recinto escolar, sino a cualquiera de los alumnos, aunque el acoso se materialice fuera de la escuela, para ello disponen de un protocolo contra el abuso escolar que deben activar y que implica a toda la comunidad educativa.

No obstante, es la familia, como responsable de la vida y la educación de sus miembros, quien tiene que poner todo su esfuerzo en detectar si su hij@ puede estar siendo víctima de acoso o es acosador, pues resulta evidente que no hay acosados sin acosadores, la educación comienza en casa con los padres y familiares, educar es transmitir conceptos, valores , actitudes, normas de comportamiento y enseñar a tratar con los demás , aunque , no sólo la familia educa, sino también el entorno, la sociedad o la televisión.
Por su parte , el centro escolar, como responsable de la formación debe enseñar a sus alumnos conceptos que necesitarán en los siguientes cursos académicos y por otra parte ,deberán ocuparse de parte de su educación, pues al compartir aula con otros niños de su edad, inevitablemente aprenderán a convivir y las normas de educación, el maestro deberá insistir en ello ,ser capaz de que aprendan conceptos y a la vez sean educados y adquieran valores, tarea imposible si los niños no acceden a la escuela con las bases educativas generadas y potenciadas en el ámbito familiar .

Obviamente el acoso escolar ha existido toda la vida si bien se ha hecho visible con más fuerza en los últimos 20 años, con el desarrollo de las nuevas tecnologías, la redes sociales y el cambio en el modo de relacionarse, el acoso ha adquirido unas características y una dimensión que lo ha convertido en algo mucho más letal de lo que era en otros tiempos, no obstante, con estos matices, las consecuencias para aquellas personas víctimas de acoso escolar no han diferido sustancialmente con el tiempo.

Un error muy frecuente, tanto por parte de las familias como por parte de los centros escolares es tratar de encasillar el acoso como “cosa de críos “y restarle la importancia que realmente tiene .

Los datos sobre suicidios por acoso escolar no existen y algunos de los que salen publicados obedecen a meras aproximaciones con poco rigor científico, no obstante, con que se produjera uno solo yo sería suficiente motivo como para intentar mejorar la lucha contra el acoso en general y en particular contra el acoso escolar.

La fundación ANAR publicó hace unos días un informe según el cual el curso pasado uno de cada cuatro alumnos (24,4%) percibió acoso escolar en su clase, una cifra por encima de la del año anterior (15,2%).

Recientemente escuchaba una conversación en la que uno de los interlocutores, decía :”los escolares de este tiempo tienen la piel muy fina y por cualquier cosa se sienten acosados, de toda la vida en la escuela siempre ha habido acosadores y acosados, y salvo excepciones, nada ha variado , sin embargo ahora tenemos a los niños y jóvenes tan protegidos que ni les enseñamos a defenderse “ , para desgracia de nuestra sociedad , esta forma de ver e interpretar el acoso no es un caso excepcional, por ello se hace necesario continuar con campañas que, al igual que con las de los accidentes de tráfico, consigan visualizar las dramáticas consecuencias del acoso y conciencien a aquellos que ,como este señor ,no conocen la realidad ni las consecuencias del acoso , sin tener que hacerlo por sufrirlo en su entorno próximo, como por desgracia much@s se han concienciado .

Para acabar con el acoso escolar, además de ayudar o defender a la víctima, los mismos alumnos dicen que es necesario contar con la ayuda de adultos ,tanto del profesorado como de familiares, por la parte del profesorado la mayoría asegura que para prevenir el acoso escolar es fundamental trabajar con los alumnos y las alumnas la riqueza de la diversidad, favorecer el diálogo en la resolución de conflictos, observar las relaciones que se establecen en el aula y trabajar la cohesión de grupo, por la parte de la familia es imprescindible la gestión temprana de la situación tanto si el hij@ es víctima de acoso como si actúa de acosador, por último, a la administración hay que pedirle medios y mejoras legales que ayuden a terminar con esta lacra .

Esperemos que este curso que ahora empieza sea el comienzo del fin de esta lacra social, de la que nadie está libre, y contra la que todos tenemos la obligación de poner lo mejor de nosotros mismos, y tengamos en cuenta aquella frase de Charles Chaplin “mi dolor puede ser la razón de la risa de alguien, pero mi risa nunca debe ser la razón del dolor de alguien”



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