Pedro Acedo


Dicen en el Ayuntamiento que ya ha llegado la resolución del Ministerio de Industria de los tres millones de euros para la construcción del museo de la historia de Mérida. Vale. También dicen que la obra se licitará en las próximas semanas. También vale. Sin embargo yo tengo la esperanza de que le pase lo que le pasó al anterior proyecto de Larry Smitch para un mercado gourmet. O sea, que no se lleve a efecto tampoco y la próxima corporación municipal cambie de nuevo el proyecto y el recinto del Calatrava sea lo que la mayoría de los emeritenses quisimos siempre: Un mercado moderno con degustación de productos y restauración.

Es verdad que suena bien eso de museo de la historia de Mérida. Y hablar de la palabra museos es hablar de palabras mayores. Y, para que a nadie lo tachen de inculto, son pocos los que se atreven a decir lo que piensan. Y es que el el futuro museo de la historia y la arqueología, aunque suene muy bien, creo sinceramente que el Calatrava no es el sitio.

Haciendo un poco de memoria, recuerdo el viejo mercado en el que muchas familias emeritenses tenían un puesto en el mismo y gracias a la Plaza de Abastos, sacaron a sus familias adelante. El edificio se construyó en 1887 y tuvo diferentes reformas. La última hace casi 40 años. Esa reforma municipal, discutida por muchos y criticada por la mayoría de los casi cien vendedores autónomos que trabajaban en la Plaza, no fue sin embargo, la clave del declive del Calatrava a pesar de lo incómodo que resultó para vendedores y compradores la reforma del recinto: sin aire acondicionado te derretías en verano y te congelabas en invierno, con un piso de adoquines incomodísimo y con una planta alta que al poco tiempo empezaron a abandonar los mismos vendedores porque no vendían.

El culpable principal del abandono de compradores y vendedores fue… Continente. Sí, sí, sí. Y El Corte Inglés. Y Mercadona. Y Spar y… en definitiva, aquí y en toda España el boom de las grandes superficies acabó con todas las plazas de abastos de España. Esa es la auténtica realidad. Y que conste que yo apoyé públicamente la instalación de Continente en nuestra ciudad que llegó con el visto bueno del PSOE, y sigo apoyando este tipo de centros comerciales y, por supuesto me gustaría que tuvieran libertad de horario para que los extremeños no se vayan los fines de semana a otras provincias porque allí sí la tienen.

Pero vayamos al grano: que el mercado con el formato clásico no daba ya más de sí era una realidad. Ángel Calle, el alcalde socialista (2007-2011), creyó en un nuevo Calatrava y hasta encargó un proyecto a un arquitecto de Madrid por el que el ayuntamiento pagó 150.000 €. En 2011 el PP gana las elecciones por mayoría absoluta y decidimos darle una vuelta a dicho proyecto; entendimos la conveniencia de construir un mercado gourmet al estilo de los que estaban teniendo bastante éxito en muchas ciudades de España. Sobre todo nos fijamos en el de San Miguel de Madrid. Muy turístico y gastronómico. PLe encargué al entonces consejero de comercio e industria municipal, Oscar Baselga, que gestionara con Mercasa todas las posibilidades en esa dirección, yo mismo visité a su presidente y nos hicieron un anteproyecto de lo que sería un atractivo y moderno mercado gourmet. No pudimos seguir con la idea porque en 2015 perdimos las elecciones. Llega Osuna y sigue apostando por, más o menos, lo mismo. O sea, que siempre la reforma iba a estar en torno a mercados. Hasta que, sorprendentemente El alcalde anuncia que el adjudicatario se ha arruinado y no puede cumplir con la construcción firmada del recinto; ese nuevo mercado que el mismo gobierno municipal había ensalzado hasta la saciedad, ese nuevo mercado que prometieron inaugurar en las navidades de 2021.

Ante el fracaso más estrepitoso, en lugar de ver otras formas para la continuidad de lo que a todo el mundo le gustaba, se decidió dar marcha atrás y para ello pensaron que lo mejor era inventarse una ocurrencia y sacar la palabra mágica M U S E O para el popular recinto. Y ahí está el engaño.

Un museo de la historia de Mérida sería muy interesante sin duda, pero no en el viejo Mercado. Por otra parte este gobierno tiene abandonados el museo del Costurero, el del ferrocarril, la colección de minerales de Sos Vainat y Fernández López y, renuncia vergonzosamente del Museo Nacional Visigodo que el mismo PSOE pidió en su día reiteradamente y que le cedimos al ministerio el antiguo cuartel de la Guardia Civil que está abandonado y lleno de jaramagos. O sea, de museos este gobierno, lecciones las justas. salvo cerrarlos y renunciar a uno nacional como el Visigodo.

Por lo tanto, reitero lo dicho: ojalá que sigan con su inacción habitual y dentro de unos meses se pueda volver a un proyecto de mercado gourmet para el Calatrava. Si de mí dependiera así lo haría. Estoy convencido que sería lo mejor para Mérida.

 

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