Álvaro Vázquez Pinheiro y Montserrat Girón Abumalham

Unidas por Mérida (Izquierda Unida –Podemos)


Cualquier vecino que haya tenido el buen café de seguir la actualidad de la política emeritense en los últimos cinco años, se habrá percatado de la recurrencia del gasto social como uno de los temas que el equipo de gobierno emplea para definir las líneas esenciales en las que se centra su acción de gobierno. Nos hablan de la relevancia del gasto social en los plenos, en la presentación de los presupuestos, o en los balances que todo alcalde ofrece al terminar cada año. No hace falta que presten más atención al asunto, pues buena parte de lo que nos dicen carece de interés, puesto que es mentira.

Bien está que el personal político haga lo necesario para ofrecer las virtudes de su acción, ya fuere de gobierno o de oposición, bien está incluso que algunas de las personas que lean este artículo consideren que –al igual que las declaraciones del alcalde- no es más que un mensaje interesado con el que sacarle brillo a las siglas que represente un servidor; lo que deja inmediatamente de estar bien, o de considerarse correcto, es que le tomen a uno por imbécil.

El pasado mes de diciembre, una asociación profesional, premiada y reconocida por el PSOE, publicó los resultados de un estudio en el que se realiza un análisis comparativo sobre la situación y evolución del gasto social en los municipios de más de 20.000 habitantes de nuestro país. Mérida se encuentra entre los municipios que son objeto del estudio y –claro está- nos encontramos en el furgón de cola del gasto social en España.

Los avezados vecinos que hayan transitado por los discursos y la retórica del señor alcalde, se llevarán alguna sorpresa, pero lo cierto, es que mientras la media del gasto social por habitante en España se sitúa alrededor de los 71€/habitante, en Mérida apenas alcanza los 41€/habitante. Es decir, que el gasto social por habitante en Mérida a duras penas alcanza a la mitad del gasto que aplican los ayuntamientos, que se encuentran ¡¡¡en la media!!! La defensa habitual del gobierno municipal es que en estas cifras no se contempla el gasto de personal que conlleva la ejecución de las prestaciones sociales. Definitivamente el señor alcalde se cree que la gente es idiota.

O así.
Se puede decir de otra forma. De los 384 municipios que forman parte de estudio, el lugar que ocupa Mérida es el 358, pues queridos amigos, amigas, el gobierno local ha decidido que el nivel de bienestar que se disfruta en nuestra ciudad nos hace merecedores de situarnos entre los 26 municipios con menor gasto social de España, al menos de entre los que tienen más de 20.000 habitantes.

Parece lógico que un gobierno se gaste el dinero en aquellas cosas que considera prioritarias y necesarias. Durante el mismo año al que se refiere este estudio, el gobierno municipal declaró -con no poco entusiasmo- la existencia de un superávit de 9 millones de euros en el presupuesto municipal. Si lo anterior se entiende como cierto, podemos concluir que Osuna y los suyos actuaron de tal modo que cualquier gasto en Mérida no parecía necesario.

Quizás sea porque el PSOE entiende que Mérida es un municipio como pocos, en el que el empleo y el bienestar, la igualdad y las oportunidades de las que disfrutamos sus habitantes para forjarnos nuestro futuro son únicos, quizás sea porque el PSOE entiende que el gobierno no debe intervenir en la economía, -así quedó dicho en un pleno- quizás porque Osuna entienda que el bienestar de las personas que viven en Mérida es asunto en el que no deba complicarse el ayuntamiento, y mucho menos su gobierno; pero lo cierto es que el mismo gobierno que presume de gastar mucho menos de lo que podría, es el mismo que nos dedica un presupuesto miserable en materia de gasto social. El dato es verdaderamente significativo.
El gasto social en Mérida es inferior al que realizan el 94% de los municipios con más de 20.000 habitantes. Es un hecho. Algunos podrían pensar que no se gasta más porque no es necesario hacerlo, lo que difícilmente puede defenderse en una ciudad con 7.151 parados, y que en diciembre de 2019 contaba con 6.255 personas desempleadas.

No sabemos si todo esto es resultado de un sobre esfuerzo de Rodríguez Osuna para autoengañarse, o si bien pretende engañar a todo el mundo, pero los datos son inequívocos y la conclusión clara: el gasto social en Mérida es una vergüenza, y que nos mientan con ello, también.

 

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