Alfonso Valadés


Para ser exactos, su verdadero nombre era IDELFONSO García Castell. Un hombre recatado donde las grandes peroratas no solían entrar en su guión particular, solía hablar lo justo y necesario. (Un buen amigo sin dudas, para guardarte un secreto), de ahí, por pura deducción, que aceptó lo de Alfonso, como aforismo desde el principio, con tal de no andar dando explicaciones; Nació el (12-11-1919) y se fue de este mundo el (11-09-1983) a los 63 años, en el hospital Insalud de Mérida, vivió en la C/ Betones. Al margen del deporte, especialmente el futbol, otra de sus aficiones fueron los pájaros, en concreto tenía un buen número de canarios y algún jilguerillo, que de paso, presentada la ocasión, solía vender para equilibrar como buenamente podía, una economía aústera, ya que con sus colaboraciones periodísticas tanto en la cadena SER, el HOY, o la HOJA DEL LUNES, escasamente daban para vivir en exclusiva de ello.

Tuvo los seudónimos de “el Duende del Estadio” y “Algar, el primero, yo siempre he mantenido la teoría que es procedente de un plagio que alguien hizo en su momento, de un colaborador poético de la revista del AT. Madrid que así solía firmar sus poesías, y el segundo, como es sencillo de deducir, las primeras sílabas de su “impostado” nombre, y el primer apellido.

Quien mejor conoció en vida a nuestro protagonista fue Fernando Delgado, fue tal su relación personal con Alfonso, que estando ya ingresado en el hospital, y viendo que la muerte le pisaba los talones, le dejó dicho a una enfermera, que si moría, avisaran a Fernando.

Fallecía a las 9:30 de la mañana, y siguiendo sus indicaciones, le comunicaron la noticia del fatal desenlace, llamó a otros dos compañeros como Miguel Manzano del “Hoy”, y Felipe Rodríguez, de radio nacional, les explicó lo sucedido, para seguidamente hacer todas las demás gestiones, empezando por ese gran alcalde que fue D. Antonio Vélez Sánchez, con la finalidad de que se le pudiera hacer un entierro digno.

Se le concedió un nicho en la antesala del penúltimo patio Nº3, en concreto el 1950, que estaba ubicado en la fila de arriba, para ser precisos, ese nicho en la actualidad está ocupado por José Galán Cabrera que falleció en 2008 a los 41 años, y justo a continuación, descansan los restos del hermano del ex directivo del Mérida, Ángel Soriano, D. José Soriano Plaza, que comparte con la que fuera su esposa D. Antonia González Serván.

Me comentaba Fernando hace algunos años, que cuando le dieron sepultura, era desolador el observar tanta soledad en su alrededor, sin un solo familiar ni allegado de clase alguna, salvo los enterradores y una exigua representación testimonial de algunos compañeros en los medios de comunicación, que se podían contar con los dedos de una mano y te sobraban dedos, si que estuvo Jesús Cabezas, que el hombre también colaboró en todo cuanto pudo.

Ambos fueron a su domicilio para hacerse cargo de sus escasas pertenencias: una pequeña biblioteca con cosas de futbol que terminó en el Imperio CP. La ropa al asilo de ancianos, y una colección completa del semanario “MÉRIDA” que nuestro cronista oficial guarda en su casa como el mejor recuerdo de Alfonso.

Estamos hablando de un periódico que tuvo vigencia desde el (29-12-1952) hasta el (29-1-55) salía los sábados, y se llegaron a editar 110 números, los imprimía la imprenta Rodríguez, y era el órgano de difusión social de la biblioteca municipal Juan Pablo Forner, con el patrocinio del empresario y “mecenas”, D. José Fernández López.

El “Duende” fue uno de los veteranos en la información deportiva de la ciudad , si bien es cierto, que eran años donde el deporte solía ser plato de segunda mesa, colaboró en “Radio Mérida Juventud” que fuera creada en 1950 por el radioaficionado D. Manuel Colomo Fernández, que contó D. Tomás Rabanal Brito como redactor jefe, y un amplio repertorio de colaboradores entre los que se encontraba Alfonso García, que a las 21:05 emitía “Antena deportiva” donde daba la última hora del mundillo deportivo con la SD Emeritense como principal protagonista, ya que en la ciudad el resto de deportes tenía muy poco predicamento.

No me quiero olvidar y al mismo tiempo ensalzar la figura de otro colaborador más que histórico, que hizo sus pinitos en la parcela futbolística con notable acierto, como fue D. MANUEL RODRÍGUEZ NIETO, que solía firmar sus comentarios con el seudónimo de “ Rohenipe” estuvo más de 40 años al pie del cañón en los dos periódicos regionales y la hoja del lunes, sin obviar sus colaboraciones en el “Alarcos” de Ciudad Real, o el “Africa Deportiva”.

El que fuera conocido como “REPI”, es padre del “posiblemente”, decano en la radio emeritense actual, en el (control y registro de sonido) en SER Mérida, D. Manuel Rodríguez.

No llegó a conocer al Mérida CP. Que lo fue a partir de 1984, y por añadidura, ni los logros deportivos que del mismo derivaron en la década siguiente, que fue diametralmente opuesta al que le te tocó vivir. Muchos lo tuvimos en nuestro recuerdo durante las celebraciones de aquellos ascensos gloriosos, ya que su nombre siempre estará ligado a la historia de un club, del que con su aportación contribuyó a tirar de un carro en los momentos difíciles, que en aquella época fueron CASI todos.

En la temporada 1970/71, llegaba a la presidencia Industrialista D. Oswaldo Delgado Schwartz, en una 3D, que había pasado de ocho a cuatro grupos, los emeritenses como séptimos clasificados el curso anterior, – se clasificaban los ocho primeros- eran uno de ellos, y el nuevo presidente que venía de sustituir a D. Luis Rodilla, tuvo la brillante idea de crear una publicación donde se daba cumplida información sobre el devenir de la entidad, a la que se denominó “Programa deportivo del Mérida Industrial”, el primer ejemplar veía la luz (8-11-1970) se editaron en la imprenta Rejas, y se repartían en los partidos que nuestro equipo disputaba como local en el Estadio Municipal.

Se puede decir, que aquel boletín fue el primer medio informativo que editó el club, la portada inagural era la fotografía del jugador José Anselmo Gordillo, “Mauri”. Y excepto el “saluda” en contraportada que hacía D. Oswaldo, la coordinación y redacción corría a cargo de Alfonso García “Algar” que era como solía firmar sus comentarios y entrevistas.

Desafortunadamente en el plano deportivo aquel equipo entrenado por Julio Vilariño, descendía a regional junto al Imperial de Murcia, Rvo Granada y AD Llerenense, que con D. Fernando Robina en la presidencia vivió sus años de mayor esplendor. La temporada siguiente a raíz del descenso de categoría el boletín dejó de editarse.

Fernando Delgado contaba con un nicho familiar con sitio suficiente y su intención era la de trasladar allí a Alfonso, una vez cumplidos los cinco años, y así lo quedó dicho pero lo avisaron a destiempo por algún error así que sus restos fueron directamente al osario; nunca dijo de dónde era, (aunque su DNI dice que nacido en Madrid), ni de dónde venía, nunca explicó nada a nadie, y nadie quiso saberlo.

Por sacarle algo de juego a su apellido, podríamos decir que su política de seguimiento, no fue precisamente la del “butanito” José Mª García, en esta vida cada maestrillo se suele decir que tiene su librillo, se le valoró por sus hechos, y su comportamiento discreto pero siempre educado y correcto, así que la vida personal del “duende del Estadio” era suya, solo le pertenecía a él, y con ella se fue a la tumba.




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