Felix Pinero

Periodista y escritor


Juan Rodríguez Suárez (Mérida, Extremadura, 1510; Barquisimeto, Venezuela, 1561) fue un explorador, conquistador, poblador y gobernador colonial en la época del rey Carlos I de España en las actuales repúblicas de Colombia y Venezuela. En esta última fundó el 9 de octubre de 1558 la tercera Mérida del mundo –tras la extremeña, fundada en el 25 a. C. por el emperador Octavio Augusto; Mérida de Yucatán (México), fundada el 6 de enero de 1542 por Francisco de Montejo y León «el Mozo»–, a la que dio el nombre de Santiago de los Caballeros de Mérida en honor a la ciudad que lo vio nacer. La Mérida venezolana tuvo varios nombres: Mérida en Tierra de Jamuen, Ranchería de las Sierras Nevadas, San Juan de las Nieves y el citado Santiago de los Caballeros de Mérida que, al establecerse el régimen republicano en 1831, se quedó en Mérida.

El fundador de la tercera Mérida era hijo de Francisco Rodríguez y de Leonor Suárez. En su ciudad natal permaneció hasta los 30 años, en que partió a las Indias. Su primer contacto con la Tierra Firme americana fue en territorio panameño, en la ciudad costera de Nombre de Dios, hacia el año 1540. Posteriormente se trasladó a Nueva Granada en compañía de Juan Maldonado y Lope Montalvo de Lugo y Solís. Aquí participó en varias acciones de conquista y estuvo en la ciudad andina de Tunja, fundada en 1539 por Gonzalo Suárez Rendón, donde convivió y compartió acciones castrenses con Francisco Ruiz y Diego García de Paredes y con el cronista Pedro Cieza de León.

En 1541 se traslada a Santa Marta y recorre el recién fundado Nuevo Reino de Granada, con las huestes de su coterráneo Jerónimo Lebrón de Quiñones, quien se lanzó a la conquista de la altiplanicie andina en busca del mítico el Dorado. En la conquista y fundación de la Pamplona andina destaca como soldado. Por ello, en 1554 es nombrado regidor y el 1 de enero de 1558, alcalde honorario de la ciudad. En 1558, el cabildo le designa para que fuese a buscar y descubrir minas, tarea que emprende el mismo año con 57 hombres. Rodríguez Suárez y sus hombres marcharon hacia la Sierra Nevada, desde los llanos de Cúcuta hasta el valle de Santiago. Desde allí pasaron al Realejo donde, en los primeros días de octubre de 1558, fundaban el primer asiento de Santiago de los Caballeros de Mérida (Venezuela) y nombraban al cabildo que regiría la ciudad. Suárez envía emisarios a Pamplona para notificar la fundación de la ciudad. Las autoridades los encierran por haberla fundado sin autorización. La enemistad entre Rodríguez Suárez y Juan Maldonado se hacía evidente. En febrero de 1559, este último llegaba a Mérida al mando de 60 hombres con la misión de prenderle; le arrestan y lo remiten a la Real Audiencia de Santa Fe. Maldonado consideraba que Rodríguez Suárez no era «cristiano viejo», por ser converso o tener ascendencia morisca, además de tener competencias castrenses y porque los dos pretendían a María de Velasco, hija del capitán Ortún Velázquez de Velasco, residente en la Pamplona neogranadina.

En 1559 se inició el proceso, en el que se le acusaba de cometer atropellos, vejaciones y crímenes contra sus hombres y los indios de la comarca merideña (gentilicio de la tercera Mérida). Rodríguez Suárez negó todos los cargos, excepto el de haber fundado Mérida, lo que justificó a petición de sus soldados y amparándose en la real provisión de 27 de diciembre de 1535, en la que se autorizaba al Cabildo de Pamplona para buscar minas en la zona de Sierra Nevada y poblar en las inmediaciones de aquellos parajes. No obstante, se pidió para él la pena de muerte y la confiscación de sus bienes. Logró huir y se refugió en una iglesia cercana. De allí pasó a la casa rectoral del obispo fray Juan de los Barrios, que le brindó asilo; pero la justicia lo prendió de nuevo y volvió a prisión. El 21 de enero, con la ayuda del obispo, escapó de nuevo junto a dos de sus hombres. Buscaron refugio en Trujillo (Venezuela), que pertenecía a la Real Audiencia de Santo Domingo. Aquí, el capitán Diego García de Paredes, del que era amigo, le acogió y protegió. La Real Audiencia de Santa Fe insistió en su empeño de apresarle y envió una comisión. Les despacharon diciendo que no entendían los papeles…. Asentado en Trujillo, encontró acomodo en las milicias locales que aspiraban a conquistar y poblar la comarcas de los indios «caracas». A finales de junio de 1561 emprendía la marcha hacia los parajes que habitaban aquellas tribus belicosas de la región centro norte costera de la actual Venezuela y, tras diversas escaramuzas con los indios, fundó la villa de San Francisco, primitivo asiento de Caracas, futura capital venezolana.

El 2 de septiembre de 1561, el rebelde López de Aguirre desembarcó en Borburata y, camino de Barquisimeto, cometió con sus marañones asesinatos y tropelías. Rodríguez Suárez salió al encuentro para terminar con ellos, pero los aborígenes que les seguían, los cercaron y, después de tres días de lucha, le dieron muerte a él y acompañantes a finales de septiembre.

Mérida tuvo 3.300 aborígenes y 150 familias de origen español a mediados del XVII, que, en 1763, aumentarían a más de 2.000 ciudadanos de origen español y otros miles más de aborígenes.. En 1628, los jesuitas fundaron un colegio en la ciudad que funcionó durante siglo y medio. En 1788, Mérida fue elevada a sede episcopal por el papa Pío VI, siendo fray Juan Ramos de Lora su primer obispo, quien creó el Seminario de San Buenaventura, base de la Universidad de los Andes. La ciudad tuvo una importancia decisiva en la independencia de los países sudamericanos de sus colonias. En 1813, su habitantes ayudaron a Simón Bolívar a cruzar los Andes durante la Campaña Admirable, a quien le otorgaron el título de Libertador ese mismo año.

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