Asociación Amigos de Mérida
Hace noventa años comenzaron a representarse obras de teatro en el monumento más visitado en la actualidad de Extremadura. Durante todo este tiempo las artes escénicas han servido para darle vida a nuestro gran buque insignia, llegando a ser mucho más que simples piedras al concedérsele cada año el alma para las que fueron labradas. Por esa razón es importantísimo que se continúe con la programación del Festival Internacional de Teatro clásico en los años venideros, para seguir manteniendo con vida al embajador más internacional de Mérida.
Creemos que su director, Jesús Cimarro, y todo su equipo hacen un gran trabajo para poner sobre esa arena una programación completa durante dos meses con estrenos absolutos. Y desde aquí vaya nuestro reconocimiento por su entrega buscando siempre el mejor resultado posible. Entendemos que no es nada fácil establecer la diversidad necesaria para contentar a todo tipo de público, pero en la búsqueda de nuevas ofertas hay ocasiones en que el producto ofrecido pasa muy justito los niveles que se suponen mínimos para poder estar en los carteles del más prestigioso festival de las artes escénicas del verano en España. El público de Mérida nunca se equivoca y es un sabio que no sabe fingir. Por eso todos los actores quieren venir a sentir la magia del Teatro Romano, porque saben que el sincero reconocimiento de este público te encumbra a las más altas cotas de la gloria que hayan podido sentir sobre un escenario. Y también el silencio de desaprobación es una losa que muy pocos consiguen soportar aunque intenten disimularlo. Las caveas nunca silban ni abuchean una actuación porque entienden lo que supone ponerse delante de este público y eso siempre se reconocerá como un valor, pero no hay una crítica más brutal que el casi inapreciable abandono del público emeritense en medio de una actuación…. Ese ensordecedor abucheo que se lanza al alma del que está sobre el escenario debe ser de los peores momentos de su vida.
En esta edición comenzamos con un nivel bastante bajo, las caveas se despoblaron durante la representación. Eso hay que intentar que no se vuelva a producir por el bien de nuestro Festival, porque nosotros somos los primeros interesados en cuidar a este joven anciano de 2000 años que con cada primavera ve renacer sus ilusiones cuando se presenta una nueva edición que le da vida, alma y corazón…
Sigamos disfrutando de nuestras noches de verano procurando que todas las obras que componen la edición estén a la altura del Teatro Romano de Mérida en las noches de Festival.
