Óscar Fernández Moruno
Portavoz Grupo Mixto Ayuntamiento de Mérida
Unidas por Mérida se lamenta profundamente de que la contaminación acústica derivada de la edición de la Feria de este año 2023, haya vuelto a generar un notorio descontento entre los residentes de Mérida debido a lo prolongado del horario, que ha mantenido la música a niveles acústicos muy altos hasta las 7 de la mañana, perturbando notablemente el descanso de muchos y muchas emeritenses.
A pesar de la propuesta de esta formación de elaborar una reglamentación sencilla para abordar este problema, presentada en el pleno en 2019 y nuevamente en 2021, el gobierno municipal ha demostrado una alarmante falta de voluntad para implementar medidas adecuadas, poniendo en tela de juicio su compromiso con el bienestar de sus ciudadanos.
La negativa del gobierno municipal para abordar esta cuestión, aceptando niveles de ruido atronador extendiéndose hasta las primeras horas de la mañana, resulta contradictorio con los valores promulgados sobre la inclusión y equidad que se han garantizado en esta feria según la delegada de Accesibilidad Universal e Inclusión, Susana Fajardo, ya que socavan la calidad de vida de los residentes y suponen un acto de irresponsabilidad sobre sus funciones de administración y gestión equitativa de los asuntos que afectan a los vecinos y vecinas de Mérida.
Sencillamente, el equipo de gobierno municipal de Mérida se salta la Ley 37/2003, de 17 de noviembre, del Ruido (B.O.E. núm. 276, de 18/11/2003), y ya sabemos que su Ordenanza de protección frente a la contaminación acústica (B.O.P.: anuncio número 4159 – boletín número 87, de lunes, 11 de mayo de 2009) resulta insuficiente, ya que, en ella, se excluye la Feria y Fiestas de cualquier regulación.
Resulta irrisorio, además de ridículo, que se proclame que será la policía la encargada de velar por unas medidas que, al carecer de fundamento reglamentario, poco sirven como herramienta para el control y vigilancia que se les ha encomendado.
Unidas por Mérida enfatiza nuevamente la urgente necesidad de establecer una regulación de horario de ruido que respete el descanso y bienestar de toda la ciudadanía. Su propuesta que, entre otras medidas, limita el ruido hasta las 2 de la mañana, busca conciliar las tradiciones festivas con el derecho de los residentes al descanso, máxime cuando los días de feria son días laborables para la gran mayoría. El rechazo de propuestas como esta, sólo ponen de manifiesto el nulo interés y la falta de respeto del equipo de gobierno por una parte importante de la ciudadanía
y deja sin efecto aquellas medidas de inclusión y las restricciones de horario de ruidos que no palían los perjuicios de estas ferias, por su falta de control y compromiso.
Sin pretender menospreciar las medidas de inclusión y los tramos sin ruido, que son unas medidas necesarias, sin duda, pero que resultan insuficientes, hay que denunciar la permisividad con la que se aborda el horario de Feria, exigiendo nuevamente al gobierno municipal que tome en serio las propuestas para una reglamentación razonable y que responda, de una vez por todas, a las quejas de los vecinos y vecinas, porque es evidente que si las hemos oído nosotras es que se escuchan alto y claro.
