Angel de las Heras García de Vinuesa
Grupo Capitel
En 1921 comenzaron las obras del Cuartel Hernán Cortés sobre unos terrenos situados en el denominado “Campo de San Juan”. El Grupo de Artillería de Campaña Autopropulsado XI (Gaca ATP XI) recibió la orden de trasladarse en el 2º trimestre de 1997 a la Base Militar de Bótoa (Badajoz) en donde quedó acuartelada formando parte y en unión de las demás unidades que formaban la Brigada de Infantería Mecanizada Extremadura XI. Es entonces cuando empieza a plantearse que hacer con una extensión de 34.000 m2 en pleno centro de la ciudad. La primera intervención se realiza en noviembre del 2003 cuando se derriban las edificaciones de la zona norte, donde se ubicaban los talleres y el polvorín, para edificar en esa parte del solar un centro de recepción turística conocido como el Museo Abierto de Mérida. En abril del 2007 se procedería al derribo del resto de la edificación del acuartelamiento dejando parte del muro de cerramiento para comenzar la intervención arqueológica sobre el solar. Una vez concluida la intervención arqueológica, en noviembre del 2010, se procede al derribo del citado muro perimetral que limitaba todo el recinto dejando exento de todo tipo de edificación la antigua planta castrense.
Cuando se planteó la ubicación a principios del siglo pasado del acuartelamiento en estos terrenos, se tuvo como punto de partida el encontrarse a las afueras del centro de la ciudad. Mérida con el paso de los años fue creciendo y abrazó totalmente dicho asentamiento quedándose como una gran bolsa de terreno sobre la que poder intervenir el día en el que se dejaran de utilizar dichos terrenos con el fin que fueron inicialmente concebidos.
Es de una gran responsabilidad este tipo de intervención al tratarse de una gran extensión de terreno en pleno corazón del urbanismo de la ciudad. Debe tratarse como una gran oportunidad para poder articular de la forma más eficaz la estructura de los espacios urbanos que componen el sistema de espacios libres sobre el que se asienta la ciudad. Por lo tanto, no se puede ver como una actuación puntual sobre la que voy ubicando usos hasta terminar de colmatar todo el espacio.
Si analizamos desde una mayor perspectiva, nos encontramos con el gran eje vertebrador de los espacios libres que articulan y dan funcionalidad al centro urbano. Este eje está formado por la Plaza de España, calle Santa Eulalia, Parque de la Rambla, Parque López de Ayala y la zona del cuartel Hernán Cortés. Un eje conector sobre el que volcar los flujos de circulación tanto de los habitantes de la ciudad, como de los que vienen a conocer nuestro impresionante tesoro arqueológico y arquitectónico. Con esta secuencia de espacios libres urbanos conectamos el puente romano, alcazaba, catedral, arco de Trajano, templo de Diana, basílica y circo romano. Por lo tanto, a la hora de proyectar una solución en esta potencial bolsa de terreno en pleno corazón de la ciudad, hay que tener en cuenta la estructura general de la ciudad para poder dar la respuesta más acertada.
Un análisis con una óptica más alejada a la hora de estudiar la intervención del Museo Abierto, nos hubiera aportado seguramente una propuesta más integradora. Se puede encontrar también algo de falta de reflexión al realizar el derribo total del cuartel. Seguramente, con una visión más reflexiva teniendo en cuenta un mayor numero de condicionantes, hubiéramos llegado a la conclusión de que parte de la edificación perteneciente al acuartelamiento se podría haber conservado, manteniendo e integrando de esa forma en la ciudad, parte de su memoria de una manera enriquecedora.
Estamos a tiempo de analizar profundamente que tipo de ciudad queremos tener, ahora que tenemos esta gran oportunidad para poder intervenir sobre ella y no realizar actuaciones de las que años más tardes nos pudiéramos arrepentir.
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