Agustín Plaza Aguado
Con motivo de un reciente evento familiar , he tenido ocasión de ver en la mesa presidencial a nuestro Presidente autonómico y a nuestro consejero de Sanidad , entre otras personalidades del gremio médico , debo reconocer que me impresionó la magnífica imagen que de ambos dieron sus colegas de profesión , mi opinión personal y política de ambos es por todos conocida , en lo personal son “buena gente” y en lo político el primero ha superado a su antecesor y el segundo va camino de , como mínimo, igualar al primero .
Intentando que la emoción del acto no me bloqueara los sentidos, una reflexión me acudía de forma reiterada: que necesidad tienen estos dos, de verse machacados y vapuleados por muchos insensatos e incultos, cuando en su profesión estarían muy reconocidos y además ganarían mucho más dinero con menos disgustos!!!
Sin duda, el problema es que probaron el “veneno” de la política, a lo que se añade algo que por su profesión ya tenían asumido, el “servicio a los demás”, con lo que el cóctel estaba servido.
A partir de esa reflexión, otras salían de forma encadenada, pues si es cierto que a todo político le gusta satisfacer el ego, sentirse querido, respetado y sentir el placer que debe suponer eso que llaman la “erótica del poder”, no es menos cierto que de un tiempo a esta parte es la actividad más denostada y criticada, que tampoco tiene en la remuneración un atractivo especial.
Pero después de ese primer pensamiento , y tras una reflexión partiendo de nuestra realidad regional, acabo concluyendo que menos mal que están ellos y otros como ellos , que además de ser personas formadas , brillantes en su actividad profesional , entregados a la causa de la cosa pública y por encima de todo buenas personas , son económicamente libres , están en política perdiendo dinero y por vocación o conciencia, no por defender un sueldo , situación que considero peligrosísima y causa de gran parte de los problemas de imagen que arrastra la clase política .
Esto supone una doble carga para ellos, pues además de gobernar bien, son la esperanza de que la regeneración ética y moral de la política es posible, y más desde una visión socialista.
Son personas como el Presidente Guillermo y el Consejero Vergeles ( pese a la campaña que sufre por las huestes del peor consejero de Sanidad de la historia , el Sr Carrón y sus acólitos) quienes pueden conseguir que el PSOE abandere medidas de regeneración que vuelvan a hacer de los políticos personas normales , sin prebendas de pensiones o sueldos vitalicios , sin sueldos más elevados que los que tenían Antes de ocupar cargos públicos , sin puertas giratorias , controlando viajes y gastos por desplazamientos y residencias , revisando el uso de coches oficiales , en definitiva conseguir que la “clase política “ pierda tal condición para integrarse en la sociedad.
Si el PSOE consigue hacerlo volverá a encontrarse con esa masa social que le concedió tantas mayorías en nuestra historia reciente, la explicación es sencilla: la sociedad votaba a quien le aportaba una ilusión por un futuro mejor, pero desde un entorno sociológico con quien se identificaba y compartía formas de vida.
Rematando el evento, el diagnóstico estaba claro, el tratamiento también, mézclense unos buenos políticos, que a su vez sean mejores personas, liberadas de hipotecas salariales, agítense ética y dignidad, distribúyase en dosis regionales para ir ampliando al resto de España, los resultados serán espectaculares a medio plazo y cambiarán la sociedad a largo plazo.
Caso de no tomar la medicina el paciente (PSOE) no tardará mucho en aparecer en las esquelas de la prensa nacional.