Cristina Martín Sánchez

Concejala del grupo Municipal de  Ciudadanos en el Ayuntamiento de Mérida


Parece que no siempre sucede que después de la tormenta llegue la calma. En este sentido lo único que ha llegado a nuestras vidas es esa sensación de falsa normalidad, que parece no complacer mucho a nadie.

Mientras tanto a nuestro alrededor, día tras día, van aumentando nuevos focos del virus. Y es que los datos son, cuanto menos, preocupantes. El Servicio Extremeño de Salud ha declarado dos nuevos brotes de coronavirus en el área de Salud de Badajoz, con lo que ya suma ocho focos activos en toda la región.

El impacto de esta crisis afecta y seguirá afectado considerablemente a las actividades de nuestras zonas rurales por lo que es necesario que se establezcan ayudas de forma inmediata (ayudas como el pago de la PAC y la rebaja de la presión fiscal, entre muchas otras).

Estas zonas rurales suponen un 20% de la población total (ampliable hasta un 35% si incluimos las zonas periurbanas). Son las zonas rurales la clave y el motor para el crecimiento económico de las ciudades, y del país en general, ya que son fuente principal para el desarrollo de muchas actividades que permiten generar nuestros propios recursos tanto para exportar como para uso propio, al igual que son de vital importancia para desarrollar las actividades de la industria primaria, como la agricultura, la ganadería y la pesca (sector agropecuario), y muchas otras, que a su vez, sirven más tarde para facilitar el desarrollo de la industria secundaria e incluso terciaria.

La crisis del Covid-19 ha tenido como consecuencia que agricultores y ganaderos extremeños tengan serias dificultades para sacar adelante sus explotaciones. No hay mano de obra (procedente, sobre todo, entre otros países europeos, de Rumania y Bulgaria) y por consecuencia muchas cosechas se han perdido. Se estima una necesidad urgente de incorporación de entre 100.000 y 150.000 jornaleros para las campañas de recogida y siembra de este año, dentro de todas las medidas de seguridad y salud necesarias para que estos traslados de personas puedan realizarse sin miedo a contagios.
Por otro lado, la demanda de los productos de temporada ha bajado y sus precios han subido considerablemente), ya que los consumidores se abastecen en sus hogares de alimentos más duraderos. Las personas, durante esta crisis han cambiado sus hábitos de consumos, y lo que antes consistía en hacer una compra semanal o incluso varios días en una misma semana, ahora, se realizan para que duren de media hasta unos 15 días.

Otros de los sectores afectados por esta crisis es la del turismo rural. El cierre de alojamientos turísticos a causa del virus y el estado de alarma ha afectado negativa y directamente a este sector, aunque al mismo tiempo, sea uno de los que más fácilmente se va recuperando post-Covid, ya que el turismo español, y el extremeño en particular, dará un importante giro. Los consumidores optaran por este tipo de turismo, que busca la tranquilidad y la naturaleza, mientras que el turismo de grandes distancias va a tardar en reaccionar. No va a ser tan factible salir al extranjero o las grandes aglomeraciones en las costas. Por eso, en esta ´´normalidad´´, nuestros pueblos pueden ser una alternativa perfecta para ser receptor de turistas de grandes ciudades españolas. Fomentemos este turismo entre todo el pais, que sin duda, tanto directa, como indirectamente, todos nos beneficiamos (pudiendo incluso contribuir al problema de la despoblación sufrido en nuestra).

En este nuevo escenario, los Grupos de Acción Local juegan una importante función por su enorme experiencia en desarrollo rural. El Covid-19 ha demostrado la importancia de la economía local y de consumo, que permiten reconstruir territorios mientras que al mismo tiempo se es respetuoso con el medio ambiente. Desde estos Grupos de Acción Local se trabaja en proyectos que persiguen hacer posible el desarrollo con cada nuevo promotor, así como también realizar acciones de impulso comarcal sobre cuestiones agroalimentarias, turísticas y de creación de territorio compartido.

Si algo ha quedado demostrado en esta crisis sanitaria es que las zonas rurales son imprescindibles para el desarrollo del proyecto de vida del ser humano.

Desde aquí solo me queda pedir, por favor, la responsabilidad de todos y el uso de la cabeza y la razón, en esta nueva etapa que nos toca vivir. Aún queda mucho por luchar para derrotar a este enemigo invisible. No bajemos los brazos, ni la guardia. No demos ni un paso atrás.

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