Pedro Acedo

Portavoz PP Ayto de Mérida


Antes de entrar en cualquier consideración u opinión, bajo el punto de vista municipal, quiero expresar mi optimismo con el futuro de Mérida, nuestra ciudad. Y asegurar, como en muchas otras ocasiones, que “a Mérida no hay quien la pare», ni siquiera un nefasto Gobierno municipal, como el que padecemos. Peor, no se puede hacer. Es imposible: la mentira, el engaño, el abuso de autoridad, la falta de transparencia, el autoritarismo… Y podía seguir, y no acabar, con hechos que retratan a este Gobierno.

En todo caso, fiel a la seriedad que caracteriza al Grupo Popular siempre que criticamos alguna actuación, demostramos, con datos, la triste realidad. Desde luego, aquello que nos vendieron y nos prometieron hacer en campaña electoral, cuando el PSOE estaba en la oposición, se les ha caído como un castillo de naipes.

El entonces candidato socialista parecía un charlatán del viejo Oeste, encaramado en una tarima y rodeado de carteles, vendiendo a los emeritenses bálsamos crecepelo y elixires de la felicidad. Es obvio que muchos se lo compraron. Pero ya saben ustedes que, después de colocar sus falsos productos, los charlatanes timadores, salían corriendo. Este también prometió curar todos los males de los emeritenses y… nunca más se supo. Está demostrando que su “elixir” es tan falso como el de aquellos truhanes del viejo Oeste. Si no, ahí va mi reflexión para este final de año: ¿Sois ahora más felices, queridos emeritenses, con este Gobierno socialista?

Se prometió un mundo feliz a los trabajadores municipales y a los parados de Mérida, y los socialistas llegaron a proponer en un Pleno que los concejales del PP (que entonces gobernábamos), se bajaran el sueldo un 90%. Primer engaño, demostrado: le subieron el sueldo a altos cargos de su partido o cercanos. En algún caso, pasando a ganar 80.000 € al año. A estos funcionarios sólo les exigieron una cosa: ¡Todos a por el PP!.

A los desempleados de la ciudad, les tomaron el pelo. Directamente. Han hecho trampas con nóminas públicas para pagar favores sucios e inconfesables. ¿Se acuerdan de aquel que denunció a un concejal del PP en plenas elecciones, según el denunciante por comprar votos, y fue corriendo a la radio con una manipulada grabación y todos los actuales gobernantes remataron la jugada pidiendo cárcel para el concejal? Ya se descubrió el elixir: el individuo que denunció (estaba empadronado en Cataluña ), poco después ¡entró a trabajar en el Ayuntamiento!. Mientras, miles de parados emeritenses alucinaban y… no llegaban a fin de mes. Obviamente, todo era un montaje y el juez archivó la falsa denuncia. Trampas, trampas y trampas.

Igual de obvio ha sido que los concejales socialistas no se han bajado el sueldo un 90%, como exigieron a sus adversarios, sino que se reparten una cantidad superior al 15% entre todos, teniendo dos concejales menos.

El desprecio a la participación real, representada en el Ayuntamiento por todos los concejales, es bestial. A pesar de estar en minoría, no cuentan con nadie. Apenas se celebran Comisiones, los Plenos Ordinarios son escasos y de risa, no se han celebrado ni la mitad de los obligados por Ley y, por supuesto, con un abuso de autoridad infantil, a la vez que malicioso. El PSOE de Mérida únicamente cuenta con la oposición cuando no tiene más remedio. Ahí está el caso de la posible implantación de una importantísima industria azucarera, que tenían que llevarla a Pleno obligatoriamente. Aún así, desde el Partido Popular de Mérida apoyamos la implantación de dicha empresa. Y gracias a esa votación a favor, la azucarera sigue siendo posible. De momento.

De la transparencia prometida, no les queda ni el nombre. Jamás hubo más oscurantismo. La prueba más contundente es de sobra conocida: acumulan sentencias judiciales por no dar la documentación pedida por el PP. Y siguen igual: ocultando datos de su mal Gobierno. Las costas judiciales por su empecinamiento y prepotencia, las paga el Ayuntamiento, o sea, todos los emeritenses.

Pero lo que roza el esperpento es la tomadura de pelo que se traen con el documento anual más importante en cualquier institución: LOS PRESUPUESTOS. Si no fuera porque es un asunto muy serio, sería para desternillarse. Durante todo 2017, han estado hablando de los mismo: que eran unos presupuestos inversores, que ayudaban a los empresarios, que eran buenos para Mérida, que con su aprobación, en definitiva, todo iba a ir mejor; por supuesto, con la coletilla permanente de que, si no resultaban mejores la culpa la tenía Montoro, el PP y bla, bla, bla…

Pues bien, después de repetir todo esto mil veces, de convocar a los medios de comunicación todas las semanas para hablarles de las bondades de las cuentas (y todo se lo han ido publicando), resulta que está finalizando el año y ¡¡¡NO HAN PRESENTADO LOS PRESUPUESTO!!!. Hablo, evidentemente, de los del año que se nos va. Ninguna explicación, ninguna disculpa a los emeritenses por tamaño engaño, ni un comentario a los periodistas por entretenerles y decirles cosas disparatadas que al final se han volatilizado. Ningún concejal ha tenido la oportunidad de votar los presupuestos a favor o en contra. Los NO PRESUPUESTOS, como vaticiné que ocurriría, han sido la gran tomadura de pelo, la gran mentira, marca de la casa PSOE DE MÉRIDA. Y para disimular su incapacidad manifiesta en la gestión municipal, sólo les queda echar la culpa al Partido Popular, y hablar mucho y no hacer nada. Cada día que pasa, se les ve más el plumero. Y lo siento. No puedo decir que haya sido un buen año en el Ayuntamiento de Mérida porque mentiría. A lo comentado me remito. No obstante, y a pesar de la ruina que sufrimos los emeritenses, deseo de todo corazón que todos tengamos una Feliz Navidad.

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