Félix Pinero

Periodista y escritor


            Recuerdo cuatro momentos especiales en la vida de Manuel Sanchís Martínez (Alberique, Valencia, 1938; Madrid, 2017), más conocido por Manolo Sanchís, padre del jugador del mismo nombre Manuel Sanchís Hontiyuelo (Madrid, 1965): su gol de bravura ante Suiza en el Mundial de Londres de 1966; la sexta Copa de Europa de 1966, ganada en Bruselas, por el equipo ye-ye y español del Real; sus regates sobre la misma línea del campo a un jugador del Peñarol de Montevideo en el primer partido de la Copa Intercontinental de 1960, y su paso como entrenador del Don Benito, en 2ª B, en la temporada 1988-1999.

            Un día de primavera de 1988 esperaba junto a un compañero, en una estación madrileña, la hora para tomar el autobús que nos trajera hasta casa. A nuestro lado, sentado junto a la barra del bar, tomaba una cerveza su hijo Manuel Sanchís, jugador del Real Madrid y central del equipo de la capital de España. Mi compañero me preguntó si le conocía. «Claro, hombre, cómo no le voy a reconocer», le dije. Algunas personas que le conocían se acercaban a pedirle un autógrafo. Sanchís hijo esperaba allí a su padre, que regresaba a casa desde Don Benito (Badajoz), equipo al que entrenare durante la temporada 1988-1989 en 2ª B, con 50 años cumplidos. Sanchís había entrenado al Tenerife en 2ª con 39 años, durante la temporada 1977-1978; y en 2ª B, al Daimiel (1987-1988); al Don Benito, en la siguiente; y, finalmente, al Alzira, en la 91-92. En total, 118 partidos, de los que ganó 28; empató 25 y perdió 65. En Don Benito dirigió al equipo 38 partidos, de los que ganó 9, empató 10 y perdió 19. Nada que ver su vida gloriosa de jugador con la de entrenador: cuatro títulos de Liga, una Copa del Generalísimo y una Copa de Europa con el Madrid ye-ye de la década de los sesenta (1964-1971), en los que llegó a disputar 143 partidos de Liga y 35 en competiciones europeas, más 11 veces como jugador de la Selección Española. Tras abandonar el Real Madrid, defendió los colores del Córdoba durante dos temporadas hasta su retirada del fútbol a los 34 años, dieciocho como jugador profesional.

            En el Mundial de Londres de 1966, único disputado por Manuel Sanchís como defensor del equipo nacional, nos tocó competir en la primera fase con Suiza, Argentina y Alemania, en una selección en la que figuraba el extremeño Adelardo. En el primer partido con  la selección helvética, disputado el 15/07/1966, comenzamos perdiendo por 1-0. Sanchís, en un ataque de furia, recogió un balón que le sirvió el portero Iríbar y fue driblando uno a uno a todos los oponentes que le salieron al paso hasta llegar frente a la portería del cancerbero suizo y marcar el empate. Un gol de los llamados de furia española que fue difícil de olvidar. La historia de aquel Mundial se redujo a este primer triunfo y los dos siguientes partidos perdidos por 2-1 frente a Argentina y Alemania, respectivamente, que nos obligaron a regresar a casa, al quedar clasificada en tercer lugar con solo 2 puntos.

            El 11/05/1966, el Real Madrid disputaba en el estadio Heysel de Bruselas su octava final de la Copa de Europa frente al Partizán de Belgrado. Había ganado las primeras cinco consecutivas: 1955-56, 1956-57, 1957-58, 1958-59 y 1959-60. El equipo español levantó su sexta Copa de Europa en su octava final, en la que tuvo que remontar el 1-0 inicial del equipo yugoslavo. En aquel equipo estaba Manolo Sanchís, en una final marcada por el record de Francisco Gento, actual presidente de honor del club, que levantó como capitán las seis Copas de Europa, un record aún no superado por ningún otro jugador.

            En 1960, en el estadio Centenario de Montevideo (Uruguay), el Real Madrid disputaba el primer partido de su primera Copa Intercontinental, que jugaban los campeones de Europa y América, con el fin de determinar quién era el mejor equipo del mundo, ideada por Henry Delaunay. En ese primer partido, que concluyó con empate a cero, Sanchís, haciendo gala de su estilo y técnica de defensor y atacante, dribló varias veces a un jugador contrario hasta continuar superarle sobre la misma línea izquierda del rectángulo de juego, una jugada maestra que fue aplaudida por todo el mundo, como el gol a Suiza en el Mundial de Londres. El Madrid ganaría el partido de vuelta 5-1, y volvería a conquistar el mismo trofeo en 1988 (Real Madrid, 2-Vasco de Gama, 1) y 2002 (Real Madrid, 2-Olimpia, 0).

            Manuel Sanchís Martínez fue, junto a su hijo Manolo Sanchís, –«que supo seguir el ejemplo de su padre como uno de nuestros grandes capitanes», recordaba el presidente del club, Florentino Pérez, en la carta de despedida publicada ayer domingo– «un fiel representante de los valores de nuestro club». (Véase www.defensacentral.com, de 29/10/2017).

 

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