Fran Medina Cruz
Orgullo de ser extremeño en tierras andaluzas y ver que como esa tierra de conquistadores se va al garete noticias tras noticias, como quienes tienen que defender mi pequeña patria, mi débil bandera no sabe, no entiende, y se esconde de los verdaderos problemas de las gentes que son mis vecinos, iniciando aventuras como la de visitar al Papa de Roma para pedir que la virgen de Guadalupe sea extremeña, supongo que su viaje no lo hará en tren pues es en ese caso cuando dicha petición nunca llegará a buen puerto.
Fernandez Vara, Monago y antes y desde el principio Ibarra, padres de la que se supone una Extremadura moderna y dinámica. La verdad es que tras el paso y sobeteo de dichas sabias manos, Extremadura no levanta cabeza y sigue a la cola de Europa, no sabe hacia donde mirar, eso si, para medallas y celebraciones de orgullo patrio todavía queda alguna partida dineraria y valor para celebrarlo.
Es hora de reflexionar y poner las cosas de casa a remojo, primero sabiendo que por la necesidad del hambre y de las penurias que ya por aquellos siglos de los Reyes Católicos acontecía en tierras extremeñas pasamos a ser una saga de conquistadores foráneos que trajeron fama y orgullo a ésta pequeña tierra perdida del mapa. Pero desde entonces hasta la fecha España y nuestros presidentes no han sabido o no han querido prestar mas atención que la de un caudillo entre pantanos y poblados nacidos de la nada. Y con todo esto seguimos celebrando nuestro día de Extremadura. Y salimos a las calles solo para seguir el paso de una estatua de madera vestida y agasajada con todos los honores y todas las prebendas del mundo.
Quizás haya que empezar a mirar hacia otros horizontes, dejar de perseguir las mismas ideas y fijar un nuevo estilo de hacer las cosas. Un nuevo modelo bajo un nuevo patrón político, quizás tengamos que deshacernos de tanta comunidad y tanto cargo publico, de tanto coche oficial y de las pomposas celebraciones, quizás nuestro tren no venga desde Madrid y haya que mirar con mas detenimiento a Portugal, por otro lado la salida mas próxima al mar que tenemos. Quizás el futuro pase por una Capital fuerte en Badajoz, una ciudad de la cultura extraordinaria en Mérida, un referente universitario y tecnológico en Cáceres, un centro empresario de la agricultura sin parangón en la zona de Don Benito y manufacturero en Plasencia, y otro ganadero por Zafra. Quizás lo que nos falte sea el coraje de aquellos primeros emigrantes que volvieron conquistadores.
