Marta Gervasia Garrido Moreno
Concejal del Grupo Municipal VOX en el Ayto de Mérida
Tras apenas acabar el casi año de obras en las Calles Félix Valverde, Camilo José Cela, Arzobispo Mausona, inauguradas con retraso con un acto oficial mientras aún no habían sido recepcionadas, parece que al Sr. Alcalde le ha tomado el gusto a eso expulsar a los vehículos del centro de la ciudad, cargarse la clientela de los pequeños comerciantes en pro de que los emeritenses limiten las emisiones de CO2, a pesar de que Extremadura tiene uno de los índices de emisiones de CO2 más bajos de Europa y más concretamente, nuestra Mérida, tiene un ICA (Índice de Calidad del Aire) excelente.
De acuerdo en hacer la ciudad más accesible a todo el mundo, pero quizás, y antes de embarcarnos en obras faraónicas, más bien le valdría a la Concejalía de Urbanismo dedicarse a reparar las innumerables baldosas rotas y sueltas, adoquines ausentes, alcantarillas hundidas, acerados destrozados, rejillas partidas, pasos de peatones desdibujados,…que se vienen denunciando hace años por todos los ciudadanos de la ciudad y que nosotros, desde nuestro Grupo, hemos rogado al gobierno municipal en innumerables ocasiones que afronten las reparaciones. En teoría con ese fin, se contrató a una empresa privada, por 179.000,00 €, para la conservación y obras de reparación y pequeña reforma de las vías públicas, sin que hayamos sido capaces de ver resultado significativo alguno en nuestras calles.
A pesar de que en los medios de comunicación “oficiales” se cantan las alabanzas del nuevo bulevar, y que algunos voceros del sector comercial celebran que se haya restringido el tráfico, a pie de calle, la postura generalizada de los comerciantes de la zona es otra: habiendo sobrevivido a la pandemia, y arrastrando la crisis provocada por las ventas a través de internet y la injusta competencia de las grandes superficies, han notado como ha bajado escandalosamente el número de clientes tras la prohibición de la circulación de vehículos y la eliminación de 100 plazas de aparcamiento.
Para más inri, y cumpliendo órdenes de su jefatura política, tras un brevísimo período de adaptación, la Policía Local está realizando una campaña de estricta vigilancia y multiplicando las sanciones.
Veremos, además, qué pasa en septiembre cuando se inaugure el curso en el Colegio Trajano. Los padres y los niños, sufrirán la misma penitencia que ahora tortura a los trabajadores de carga y descarga día a día. Aparcando dónde pueden y corriendo con las pesadas mercancías a los comercios para poder volver y quitar la furgoneta antes de que les multen.
Pero no está en el ánimo de este Gobierno municipal el hacer un estudio serio a sobre las consecuencias negativas que de forma inmediata se están provocando a los comerciantes, sino que como Paco Martínez Soria, han optado por el “Don Erre que Erre”.
Sus objetivos inmediatos: las calles John Lennon y Graciano se convertirán en Plataforma Única. Si bien es cierto que en esas vías no hay plazas de aparcamiento en superficie, y que sus aceras son estrechas, intransitables e inseguras para el peatón, junto a la alta velocidad por la que transitan algunos descerebrados, no nos parece una idea descabellada, ya que no tendrá consecuencias negativas en los comercios que allí sobreviven; a no ser por su precio de licitación, que asciende a 1.263.262 €. Sin embargo, en estas dos calles no se cortará el tráfico, aunque sí se reducirá la velocidad, por lo que no entendemos cómo se va a conseguir la reducción de emisiones de CO2, objetivo bucólico y mitológico que mueve todo este desatino climático.
Seguirán con la plataforma única en la Calle Suárez Somonte desde la Plaza de Santo Domingo, en la que se eliminarán todos los aparcamientos en superficie (otras aproximadamente 100 plazas de zona azul), aunque se permitirá la circulación de los vehículos a baja velocidad. En esta calle sí que existen numerosos comercios, que sin duda, verán entorpecida su logística y la afluencia de clientes; además, los vecinos tendrán que aparcar sus coches en los tejados o colgarlos de los balcones de las viviendas,…porque como ha dicho recientemente Pedro Sánchez, “el coche debe dejar de ser un bien deseado para ser oficialmente indeseable y que la sociedad no puede soportar”.
La tercera fase: La Rambla de la Mártir Santa Eulalia y su travesía, en la que se instalará plataforma única, se eliminarán los aparcamientos en superficie desde el parque infantil (otros 100 aparcamientos de zona azul aproximadamente) y la circulación se restringirá a residentes, carga y descarga, taxis, vehículos de emergencia y turistas que acudan a los hoteles de la zona. Los comerciantes están ya temblando ante esta nueva ocurrencia, su bajada en la afluencia de clientes está garantizada.
Todo ello, sin haber creado previamente una red de aparcamientos con precios económicos, cercanía y suficientes plazas para aliviar las pésimas secuelas.
Además de las razones climáticas, para que Mérida deje de estar entre las 10 más contaminantes del mundo como lo son Lahore, Bombay, Pekín, Ciudad de Méjico o Pekín (esto es ironía, querido lector) o , los responsables municipales aducen para esta radical transformación “la accesibilidad y crear una ciudad más amable y cómoda”.
Lo de la accesibilidad parece de broma, cuando hemos denunciado millones de veces el abandono que sufren las aceras y calles peatonales de la ciudad; lo de más amable, que se lo pregunten a los comerciantes, cuando tengan que seguir pagando impuestos y vean reducidas sus ventas, y lo de cómoda, a los vecinos, turistas y clientes que vengan de fuera de Mérida y tengan que dejar sus vehículos en el río (de momento, descartamos el tren como vehículo de masas…)
Una de los mantras pseudoreligiosos que adoptó la izquierda cuando sus ideas se demostraron criminales, inútiles y perniciosas para sus ciudadanos, ha sido la del “Cambio Climático”:
En el este y sur de España sufrimos una escasez de agua alarmante, (aunque el Ayuntamiento no se ha enterado y destina a diario miles de litros a regar las calles), pero no provocada sólo por la sequía, sino porque no ha habido un Plan Hidrológico Nacional que trasvasara agua desde donde abunda, sobra y se vierte al mar (cuencas del norte y especialmente del Ebro) a las zonas donde hace falta. Recientemente el ala podemita del gobierno ha vetado la construcción de 45 nuevos embalses. (al parecer, son políticas “franquistas”).
La superficie quemada en España hasta hoy sólo en este año, representa más de la mitad de la que ha ardido en todo el resto de países de Europa. Dicen nuestros gobernantes que la culpa la tiene el cambio climático, pero este ¿debería afectar a todos, no?. Las razones verdaderas, hay que buscarla en las prohibiciones y restricciones del uso de los montes y campos que impiden su aprovechamiento y que, al final, se acaban convirtiendo en almacenes de materiales explosivos que tarde o temprano arderán.
Además, ¿sabíais que en 2019 los incendios emitieron 25 veces más de las emisiones regulares de CO2 en España, según WWF?. O sea, quieren que no usemos coche en una ciudad verde y de cielos azules, pero no previenen los fuegos en los montes por no molestar a los ecolojetas. Son los mismo también quieren acabar con vacas, ovejas, cabras y cerdos, porque eructan o emiten ventosidades. (No entran dentro del Proyecto de Ley de Bienestar Animal), hay que dejar de comer carne y comer semillas.
Según el informe ‘Radiografía de las emisiones de CO2 por comunidades autónomas 1990-2019’, elaborado por el Observatorio Sostenibilidad y la consultora AIS Group, Extremadura, en treinta años ha generado sólo el 2,3% del total de Emisiones de España, unos 243 millones de toneladas de CO2.¿Sabéis cuanto CO2 emite la aviación comercial en su sólo año de CO2 (sin incluir el Falcon del Presidente, por supuesto)? 1.034 millones de toneladas. Es decir, más de cuatro veces en un año, lo que hemos vertido a la atmósfera los extremeños en treinta.
Mientras tanto, Extremadura convierte su territorio en un espejo a base de fotovoltaicas subvencionadas; suelos, en los que una vez se desinstalen quedarán yermos. Vetamos nuestros valiosísimos recursos mineros, por el simple hecho de que unas “Plataformas” o “Asociaciones” de talibanes (que nadie sabe cuántos miembros son) amenazan y amedrantan a nuestro gobernantes, que prefieren la condena a la pobreza, antes que enfrentarse a ellos. Cerraremos la central Nuclear de Almaraz (0 emisiones de CO2), por la mismas razones.
Mientras tanto, nuestro Alcalde siguiendo estas políticas de la Madre Tierra que parió a Greta Grunberg y al multimillonario Al Gore, en Mérida expulsamos a los vehículos y a los vecinos de las calles principales, desincentivando la afluencia a las tiendas y establecimientos comerciales y hosteleros del centro, que bastante deprimido está ya (tan sólo hay que darse un paseo por la calle Santa Eulalia, con numerosos locales vacíos y recordar la otra idea “genial” de este equipo de gobierno, que supuso el cierre del Mercado de Calatrava).
No hace falta irse muy lejos para ver las consecuencias de las erróneas políticas de restringir el tráfico en el centro: la calle Menacho de Badajoz o la calle Pintores de Cáceres, hoy tan son sólo un recuerdo fantasmagórico del bullicio comercial que las invadía. De llevarse a cabo estos proyectos en Mérida, el Centro de Mérida está condenado.