Recetas de Belleza: Hablemos del famoso ácido hialurónico

Ángela Jiménez Vega

Perfumería París

El ácido hialurónico está presente de forma natural en diversos tejidos corporales, como los músculos, las articulaciones, los cartílagos, los ligamentos, los ojos y, en mayor cantidad, en la piel. Es un polisacárido que nuestro organismo sintetiza de manera natural y es vital para el funcionamiento adecuado de nuestros tejidos.

Se trata de una molécula hidrófila, lo que significa que tiene afinidad con el agua. Es capaz de unir numerosas moléculas de agua y puede llegar a ganar hasta mil veces su peso, actuando como una esponja que forma un gel hidratante y protector. El ácido hialurónico se produce principalmente en los fibroblastos, que son las células de la dermis. Los queratinocitos, células de la epidermis, también lo sintetizan, aunque en menor cantidad.

A medida que el ácido hialurónico se descompone, nuestra piel necesita reponerlo constantemente para mantener sus funciones. Con la edad, se produce una disminución progresiva de este ácido, lo que puede dar lugar a una piel más seca, con pérdida de volumen, falta de luminosidad y elasticidad.

Ante esta disminución y degradación del ácido hialurónico en la piel, es fundamental compensar este déficit con un aporte externo. La aplicación tópica de productos cosméticos que contengan ácido hialurónico es muy eficaz para corregir los signos del envejecimiento. Además, es importante utilizar ácido hialurónico con diferentes pesos moleculares para tratar la piel a niveles superficial, medio y profundo. De esta manera, se obtienen resultados óptimos según las necesidades específicas de cada persona, logrando efectos alisantes, rellenadores, hidratantes, reestructurantes y de luminosidad.

Siempre se recomienda consultar a profesionales y especialistas de la piel para obtener el mejor tratamiento y resultado.