Ángela Jiménez Vega
Perfumería París
La piel sensible como sinónimo de una piel de baja tolerancia. Podemos encontrar diferentes patologías que producen sensibilidad, todos los tipos de pieles sensibles tienen una característica en común: la inflamación, resistencia y protección reducidas, presentan alteraciones interrelacionadas como la barrera cutánea alterada, desequilibrios del pH y microbioma desestabilizado.
Cuando la función escudo de la piel no es adecuada, esta pierde hidratación y permite el acceso de elementos externos no deseados, como la contaminación, las bacterias, o los conservantes, colorantes y fragancias de los productos cosméticos. Esto facilita la aparición de patologías como la dermatitis de contacto.
En una piel sana el microbioma puede recuperarse rápidamente de las perturbaciones, sin embargo, en un ambiente en el que la piel no tiene una defensa ácida y con daño en la barrera, el equilibrio entre la piel y el microbioma se desestabiliza fácilmente, y como consecuencia se debilita.
En una piel con la barrera alterada y un microbioma cutáneo desequilibrado, el estrés físico y la presión mental negativa favorecen que las células de la piel liberen sustancias proinflamatorias que refuerzan las irritaciones ya presentes.
Particularidades de las sensibilidades más comunes:
- Dermatitis de contacto o irritación de la piel resultante de la exposición a agentes químicos externos, en esta la barrera cutánea se ve fuertemente dañada y desencadena el resto de las alteraciones.
- Dermatitis atópica: es una patología crónica, suele presentarse en la infancia combinado con una serie de predisposiciones genéticas con factores ambientales.
- Rosácea: es una patología común y crónica, se caracteriza por un enrojecimiento en la parte central del rostro, también puede presentar pápulas y pústulas inflamatorias, depende en gran medida del estado psicológico, de factores medioambientales y de conducta.
En estos casos el cuidado cosmético tendrá un carácter coadyuvante para mejorar los síntomas, como siempre, la clave está en un buen diagnóstico profesional e intentar evitar los desencadenantes que favorecen su aparición.
Ángela Jiménez
PERFUMERIA PARIS
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