Óscar Fernández Moruno

Portavoz Grupo Mixto Ayuntamiento de Mérida


Desde la madrugada del sábado 7 de octubre estamos siendo testigos de la enésima y mal llamada “escalada en el conflicto” que se lleva desarrollando desde hace 75 años en Palestina.

En Mérida, al igual que en muchísimos otros lugares de Extremadura, de España y del mundo entero han ido aumentando las movilizaciones ciudadanas de apoyo a la población de Palestina, y en contra de las masacres y abusos del Estado de Israel, de su Ejército y de ciertas milicias armadas de colonos en asentamientos ilegales. Por supuesto, han ido acompañadas, de una condena de las acciones violentas (ataques y secuestro de civiles) por parte de la milicia armada de Hamás. Estas se han organizado conjuntamente por una diversidad de organizaciones sociales y políticas.

En concreto, las movilizaciones de protesta en Mérida se vienen realizando regularmente, cada semana, siempre los jueves, aunque el  domingo 26 de Noviembre, a las 12 h, tuviera lugar una manifestación regional en nuestra ciudad. Estas acciones de protesta se han organizado por diferentes colectivos y organizaciones sociales y políticas, y no suelen tener el mismo apoyo y eco en los medios de comunicación, que tienen otras protestas, como ya hemos podido comprobar en primera persona.

La realidad del pueblo palestino es que vive bajo ocupación desde 1973, cuando se declara el estado de guerra por parte de Israel por primera vez. Lo que está quedando más que claro, cada día y cada semana es que la mal llamada “Fuerza de Defensa”, israelí en manos de sus gobiernos formados por partidos de corte ultra reaccionario, y fundamentalistas religiosos, y, también, con personas imputadas en procesos de corrupción, utilizan y van a seguir utilizando estos ataques de ciertas milicias palestinas como “excusa”. Ya hemos visto este mismo guion en muchas otras ocasiones desde hace décadas. Este proceso ha cristalizado en una sociedad israelí con una mentalidad cada ves más supremacista, racista y violenta.

El conflicto supone un estado permanente de guerra de ocupación militar y un régimen de apartheid que es totalmente asimétrico para el pueblo palestino, quien lleva sufriendo sistemáticamente la aplicación de una fuerza desproporcionada como respuesta del estado de Israel ante las acciones de resistencia de los diversos grupos y milicias palestinos. Se trata de un lento genocidio de manual, pero al ser provocado por un Estado como Israel, que cuenta con el apoyo militar y el apoyo en forma de vetos en el Consejo Permanente de las Naciones Unidas, se siente impune.

Esta vez la ofensiva se ha iniciado desde la Franja de Gaza, una de las dos zonas en que ha quedado dividido el territorio palestino después de las numerosas invasiones y usurpaciones de territorio por parte de Israel. Gaza se ha convertido, desde hace mucho tiempo, en una enorme cárcel al aire libre en la que viven hacinados 2’4 millones de palestinos y palestinas, sin acceso a las mínimas condiciones y servicios que permiten una vida digna, por decisión y responsabilidad única y exclusivamente del Estado israelí, que ha impuesto un bloqueo por tierra, mar y aire sobre la Franja de Gaza desde el año 2007 generando una situación de emergencia humanitaria.

El ejército israelí, en un primer momento, empezó una campaña de ataques aéreos sobre la Franja de Gaza que son una nueva violación del derecho internacional y las resoluciones de la ONU, y, teniendo en cuenta la alta densidad de población, lo que ha provocado que el asesinato de civiles por los bombardeos, se hay incrementado considerablemente, día tras día. La destrucción tanto de viviendas, como de los equipamientos sanitarios, educativos locales y de la Agencia de la ONU para refugiados palestinos (UNRWA). Los bombardeos del ejército israelí no sólo se han limitado a este territorio, sino que también se han extendido a otros territorios palestinos, como Cisjordania.

Además, el número de profesionales del periodismo, del personal sanitario, de personas cooperantes y colaboradoras de las agencias de la ONU ya aumentado hasta cifras nunca vistas en conflictos armados anteriores.

En un segundo momento, desde el pasado 26 de octubre, el ejército israelí, ha comenzado una gran incursión terrestre con artillería de tanques e infantería, lo cual ha provocado unos niveles de terror y destrucción aun mayor, y ha profundizado la crisis humanitaria, que alcanza ya unas “proporciones catastróficas”, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Mientras se escribe este artículo, el recuento de muertes o asesinatos provocados por esta campaña de bombardeos aéreos y terrestres ya superan las 15.000 víctimas, casi 4.000 de ellos niños y niñas. incluyendo destrucción de unidades hospitalarias de neonatos, entre otras áreas hospitalarias destruidas, sin contar, tanto al resto de personas heridas, como de personas afectadas por la expulsión de sus hogares, por la evacuación forzosa de hospitales y edificios que servían de refugio.

La única solución al conflicto es que la comunidad internacional garantice el cumplimiento por Israel de las distintas resoluciones sobre territorios ocupados que incumple sistemáticamente, establezca y vigile los mecanismos para garantizar el derecho de Palestina a ser un Estado soberano e independiente y ponga en marcha de inmediato un proceso de paz que garantice el final del conflicto armado.

Además, de las citadas movilizaciones, desde Unidas por Mérida, valoramos como una buena oportunidad, llevar al Pleno de la Corporación Municipal, una Moción, para adoptar algunos acuerdos como son los siguientes:

• Mostrar nuestra solidaridad y apoyo a los palestinos y palestinas residentes en Palestina o en el exilio, por el asedio y el bloqueo consecuencia de la guerra de ocupación que lleva ejerciendo el Estado de Israel desde hace 75 años.
• Mostrar solidaridad nuestra solidaridad y apoyo con las personas cooperantes que han trabajo en las zonas bombardeadas y asediadas de Palestina y otros sectores profesionales más afectados por estos ataques y bombardeos (periodistas gráficos, personal sanitario y médico, y el resto de personal colaborador de las agencias e infraestructuras de la ONU, etc.…)
• Condenar firmemente la ocupación de Palestina y exigir el cumplimiento de las resoluciones de la ONU y el reconocimiento de las fronteras establecidas en 1967, frontera internacionalmente aceptada.
• Condenar firmemente, tanto el asesinato de civiles por parte del Estado israelí, a través de su ejército, y de otras milicias armadas de colonos en asentamientos legales e ilegales, como el asesinato y secuestro de civiles por parte de la milicia armada de Hamás.
• Instar al Gobierno de España al reconocimiento del Estado de Palestina, con todas las consecuencias.
• Instar al Gobierno de España a mediar a nivel internacional para poner fin a la guerra que ha declarado Israel contra la Franja de Gaza.



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