Nota de Prensa
Después de un gasto de 5 Millones de euros (3,5 millones de obra, más 1,5 millones del solar) nos encontramos a final de cuentas que La Ciudad de la Infancia es un parque infantil cuya única cualidad destacable es el supuesto castillo de juegos más grande de España, castillo que, por otro lado, se puede encontrar aunque más pequeño en cualquier parque de la ciudad y a numerosas dudas que no parece que vayan a responderse pronto.
En cuanto al precio, tras tanta incertidumbre, se nos anuncia que será “simbólico”. Teniendo presente la claridad mostrada en todo lo referente a La Ciudad de la Infancia, podemos esperar cualquier cosa. ¿Los emeritenses tendremos que pagar para acceder a un parque cuya construcción ya hemos pagado?
¿Dónde se va a aparcar tras eliminar los coches de la Rambla? ¿O se va a tener que recurrir a un Parking privado y así pagar aún más?
No es más esclarecedor si la gestión va a ser directa del Ayuntamiento, o si bien, se va a externalizar como prácticamente todos los servicios públicos de nuestra localidad, y es que, por no saber, no sabemos el coste de mantenimiento de los 11.000 metros cuadrados que según el alcalde tendrá esta instalación.
Viendo la infraestructura, se nos han presentado espacios y servicios, una vez más, de forma vaga e imprecisa. En el plano de La Ciudad de la Infancia se indican “zonas culturales” sin entrar en más detalle de qué actividades se van a realizar o en qué se diferencian de los ya numerosos espacios culturales repartidos por toda la ciudad. También se hace mención que la superficie contará con 200 metros cuadrados para jugar a juegos tradicionales extremeños como la comba, o a la rayuela, ¿es realmente necesaria semejante extensión para una actividad que los niños pueden realizar y de hecho, realizan en cualquier parque? Finalmente OTAEX ha destacado el enfoque de accesibilidad del proyecto de la Ciudad de la Infancia, dicho enfoque no es público, pues no se ha publicado ni una sola de las medidas de accesibilidad, si estas medidas son tan buenas, ¿por qué no se anuncian?
Para finalizar, creemos que esta construcción megalómana atiende meramente a intereses personalistas y que no va a mejorar de forma sustancial la calidad de vida de nuestros vecinos, pues precisamente Mérida no está falta de parques al aire libre o de centros culturales. En lugar de crear desde cero una Ciudad de la Infancia, con los cinco millones que ha costado podrían arreglar una ciudad ya existente, una ciudad cuyas barriadas están totalmente desatendidas y cuyos vecinos están relegados a un segundo plano y que ven con recelo como el centro recibe obras faraónicas.
