Luis Cuervo
Con este afán que tenemos de adoptar toda costumbre extranjera, cada año empiezan antes los preparativos de Navidad, ya vemos en las tiendas los productos y decoraciones típicas, ya comienzan a llegar los catálogos de juguetes. Sin olvidar el desplazamiento de nuestros queridos Reyes Magos por Papa Noel.
Recuerdo cuando acababa septiembre y empezaba octubre, que ya le iba diciendo a mi jefa, Helen Heavy, que había que ir planificando la Nochevieja, y me contestaba: ¡Donde vas exagerado! Pues lo mismo digo yo, cada cosa a su tiempo. Las Navidades siempre se empezaban a preparar en el puente de la Inmaculada, era cuando los escaparates empezaban a poner los juguetes, y Zancada y el Tío Chico la Castellana, llenaban sus escaparates de los productos de Navidad: polvorones, nevados, y esas roscas de mazapán exquisitas. Se me hace la boca agua solo con recordarlo, aunque ya con el azúcar no puedo comerlos.
Empezaban las radios con los villancicos “Arre borriquito”, “Esta noche es Nochebuena”, “A Belén pastores”, aunque en la memoria queda esa “7 O’Clock News/Silent Night” o Noche de Paz, de Simon & Garfunkel, ese Tamborilero de Raphael, y el bailongo Feliz Navidad, de Boney M, o Blanca Navidad de Frank Sinatra, no había cantante o grupo de tuviera, o hicieran un villancico.
Ahora, lo que no podemos quitarnos de la cabeza, es la cara que se nos quedaba cuando en la Campana, en almacenes De las Heras, o en esa tienda que había más abajo de La Campana, una tienda de juguetes, de coleccionismo y maquetas, los Ángeles de Lidio Romo, encontrábamos el Scalextric, los 50 o 100 Juegos Reunidos Geyper, el Ibertren, el Cine Exin, el Exin Castillo, los primeros muñecos articulados que lloraban, las cocinas, o las nuevas bicicletas. Y los más pudientes, la gran novedad, «la Vespino».
Pero lo mas importante, es que nos reuníamos la familia, hermanos, primos, tíos, algo que ya no se hace y es una pena, volvemos a lo dicho anteriormente, las costumbres importadas de fuera, cuando empezaron a abrir las discotecas, bares y pub, por la noche se acabó la familia, mejor dicho, la fiestas en familia, después de cenar.