Félix Pinero
Periodista y escritor
Académico Correspondiente de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes
En la primavera de 1987, cuando fuere director en funciones del diario “Extremadura” tras la prejubilación de Germán Sellers de Paz (Cáceres, 1923-1995), la gerente del diario, Rosa Téllez, y yo fuimos convocados a una comida del consejo de administración por su presidente, Luis González Cascos (Mata de Alcántara, Cáceres, 1926; Cáceres, 2016), primer alcalde democrático de Cáceres (abril 1979 a junio de 1980). Entre los consejeros, se encontraba por la Diputación de Badajoz, el diputado por aquella institución Ramón Rocha (Jerez de los Caballeros, 1939; Badajoz, 14/05/2024), fallecido ayer a los 84 años de edad.
En un ambiente distendido, previo a la reunión del consejo, cada consejero hacía acopio de sus mejores recuerdos en política hasta aquel día. No olvidaré nunca los dos recuerdos enumerados por Rocha: el primero, tras ser elegido alcalde de su pueblo natal, Olivenza (Badajoz) tras las primeras elecciones municipales en 1979: “¿Qué hacemos ahora, Ramón?” le preguntaron sus concejales… Había sido elegido alcalde con el apoyo de su grupo (PSOE), del PCE y uno independiente, y así repetiría mayoría absoluta en sucesivos comicios hasta 2007, en que se retiró de la primera línea política.
Fue diputado provincial (1989-1995), presidente de la Diputación de Badajoz (1999-1985), vicepresidente de la Asamblea de Extremadura (1995-2003). Durante este período, cuando presidía la Cámara regional Manuel Veiga (Alba de Tormes, Salamanca, 1935; Cáceres, 29/12/2010) me acerqué a entrevistarle para hablar de su relicario político y sindical. Tras recordarle aquella comida, pasados los años, memoré con él las dos anécdotas que nos participara en aquella comida: aquella del “qué hacemos ahora, Ramón”, cuando se sintieron investidos por sus conciudadanos y la del policía local de su pueblo que había multado a un paisano “por atracón de velocidad”…, que el alcalde destruyó, por no atenerse al reglamento.
La primera pregunta subsumía todo un quehacer por hacer: la gestión municipal, desconocida para la mayoría; la nueva época que se abría para construir unos pueblos más justos y desarrollados…, todo por hacer, sin saber cómo empezar. Fuiste uno de los impulsores de la UGT y de la refundación del partido en tu pueblo; pero nada sabían de su ayuntamiento y de la gestión, en la que seguramente serían dirigidos en sus primeros pasos y ayudados por el secretario. Después, todo sería coser y cantar.
Hiciste mucho más de lo que pudiste, Ramón. No pudiste ver la reconstrucción del puente de Ajuda, destruido parcialmente en 1709 durante la Guerra de Sucesión española, y a cuyo acto habías invitado de palabra al rey Juan Carlos en el salón de escudos del Palacio Provincial de Cáceres. No obstante, Elvas, la ciudad fronteriza, te otorgó la Medalla de Oro en 2018 por favorecer la unidad entre ambas poblaciones y por tu empeño en la reconstrucción de ese símbolo quebrado en el Guadiana. En 2019, por ser alcalde democrático de la primera promoción, la Diputación de Badajoz te reconoció con su medalla de oro.
Municipio, la Diputación (ayuntamiento de ayuntamientos), Asamblea de Extremadura…, todo fue poco para ti que lo abarcaste todo por tu pueblo, provincia y comunidad autónoma. No sabiaís qué hacer y lo hiciste todo, Ramón.
No olvidaré aquella comida y las anécdotas que nos contaste; la entrevista que hicimos en un despacho de la Asamblea, interrumpida por la aparición de Veiga tras una breve enfermedad, con quien te fundiste en un abrazo.
Hasta siempre, Ramón. Tu pueblo, Badajoz y Extremadura no te olvidan. Descansa en paz.