Margarita Inmaculada López de Ayala

Concejal Vox Ayuntamiento de Mérida



La Declaración Universal de Derechos Humanos establece que la familia es “la unidad grupal natural y fundamental de la sociedad” y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.


En muchos países occidentales, el concepto de la familia y su composición ha cambiado considerablemente en los últimos años.

Cuando tus padres te ponían las referencias y te hacían estar, comportarte y hablar desde tu posición entonces te encajabas bien en la vida, te enquiciabas en cada punto de la vida y desde ahí hablabas y te manifestabas desde una realidad no distorsionada y no desquiciada.

El hombre y la mujer nace, crece y se desarrolla dentro de un Seno Familiar esto es natural, esto produce protección, nos pone las Referencias y nos da la seguridad a lo largo de la vida. La Identidad la obtenemos dentro de nuestras raíces, de nuestro país, de nuestro pueblo, empezando en nuestras familias. Un niño querido y bien cuidado en su familia, es un niño seguro de sí mismo, con gran autoestima, firme y recio y con las referencias bien puestas para toda la vida.

Pero en estas sociedades de hoy en día donde se producen un cambio cultural en masa, promovido con métodos antidemocráticos; al querer instaurar el pensamiento único en la sociedad española y en el mundo entero, el instaurado por las progresías globalistas hace que se pierda pie a tierra, que se denigre la identidad de cada uno y no se sepa ni por donde se nada.

Llenos estamos de creadores de contenidos de las ideologías izquierdistas y globalistas, presentando sus diseños mediáticos de forma muy atractiva y convincente, en medios y en redes sociales, al alcance de todos, por ende de la masa maleable y manejable, que no se sustentan ni en los valores que hacen libre, ni en sustrato firme.

UN CAMBIO TOTAL: En el Fondo, en sus Formas.

Cierto es que estos viejos países no quieren tener hijos, que la demografía, está con la pirámide al revés no aumenta la población y hay un trasvase de personas de unos países numerosos a otros vacíos. Es como los vasos comunicantes, ¿pues hacia dónde va el agua? hacia donde no hay, pues aquí igual, ¿hacia dónde van las personas?, hacia donde no hay, es una consecuencia natural. Pero estas causas son aprovechadas por las nuevas y falsas ideologías creadas por hombre, del nuevo orden social, provocando el aumento de estos incontrolados y provocados movimientos que perjudican a unos y otros y revierten a la sociedad drásticamente.

La familia esta atacada, denostada y desnortada. Todo esto provocado por causas ideológicas, el no tener hijos, la sustitución cómoda de animales por los hijos, la baja en las estadísticas demográficas, la proliferación de distintas nomenclaturas de la familia , la comedura de “coco” por El Estado a la población enclenque y manejable, sin valores reales y creyendo todo lo que dicen los medios, mediatizados y comprados.

Todo este nuevo estilo de vida, manipulado desde las altas esferas, esta cantidad de factores y productos diseñados por unos pocos, por el globalismo, empobrecen y dinamitan a las familias, pilar fundamental de la sociedad.

Estos factores externos, nos vienen de una sociedad manejada y dirigida lentamente desde hace muchas décadas, con el pensamiento único impuesto por estas políticas globalistas. Y esto unido a los factores internos de nuevas formas de vivir, la baja capacidad de resolución de conflictos dentro de las familias, la falta de comunicación entre sus miembros por el individualismo.

Este ablandamiento de voluntades, cuando nos dispersamos con un consumo espiritual a la carta, individualista e impuesto, este contagio en masa nos destruye lentamente.

El hacer comunidad, el sentar unas bases dentro de la familia por los progenitores, nos enriquece, nos hace crecer, nos da autoestima y valentía para afrontar los avatares de la vida.

El hombre anestesia su naturaleza con ideologías falsas, porque el hombre de por sí, busca la alegría en su vida y cuando no la encuentra, la buscan en falsas alegrías lejos de la realidad y de los verdaderos valores y verdades que les hacen libres.

Debemos reflexionar a ver hacia donde vamos. El hombre y la mujer tiene capacidad suficiente para analizar esto, el caso es querer y no dejarse llevar.

La dominación de los propios instintos sienta los cimientos de conductas tan esenciales como el ahorro, el pensamiento a largo plazo, el sacrificio en favor de la familia, el respeto al prójimo y la predisposición a esforzarse.

Es por ello que nuestra labor y responsabilidad de cada uno, es impulsar a la familia, ya que desde ella parte toda la felicidad, seguridad y reciedumbre que tengamos a lo largo de la vida.

Todo esto se gesta en la familia. Hagamos familia. Es nuestra salvaguarda.

No olvidemos que Dios perdona siempre, el hombre a veces y la naturaleza nunca.



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