Antonio Luís Vélez Saavedra
Otra edición más, y van 70, del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. Sin duda es el acontecimiento cultural más destacado de nuestra ciudad, e igualmente el más relevante de Extremadura, según refleja el informe que para 2023 realizó el Observatorio nacional de la Cultura, que también lo sitúa entre los 5 principales festivales de teatro de España calificados como imprescindibles.
¿Y por qué esto es así? Quizás con demasiada normalidad damos esto por sentado. En mi opinión, aunque son muchos los factores que influyen en el estatus que le otorga dicho Observatorio de la Cultura, los hay de mayor y menor peso. Entre los principales evidentemente estaría la propia historia del Festival, tras aquella primera representación de la Medea de 1933 que tuvo repercusión nacional y que lo convierte en el festival más antiguo del país, y que también convirtió al propio Teatro Romano en el más antiguo del mundo funcionando como tal. Eso serían las palabras mayores, patrimonio y cultura, las que vivieron sin duda un despegue en Mérida a partir de la llegada de la democracia a nuestro país. Entre los años 80 y 90 Mérida sentó las bases a las que agradece su estatus actual como ciudad patrimonial y turística. Esas bases son bien conocidas: La declaración de Mérida como Patrimonio de la Humanidad, La construcción del Museo Nacional de Arte Romano, y la renovación e impulso del Festival de Teatro Clásico desde las instituciones, en su inicio fundamentalmente desde el Ayuntamiento de Mérida. A partir de ahí paso a paso hasta nuestros días, pero esas serían para mi las principales causas de la valoración que se realiza desde el Observatorio de la Cultura. También, lógicamente, la propia gestión del Festival, la gestión tanto del espacio como de la promoción exterior, tan importante para darle la visibilidad necesaria sin la que sería imposible mantener, no solo las actuales tres mil quinientas localidades, si no también todo el tejido económico asociado al turismo en auge y de tanta importancia para la cuidad. Y luego, claro está, que la programación sea atractiva para el público manteniendo a la vez los criterios de calidad necesarios para un evento de tal dimensión, este es un siempre difícil equilibrio.
Por todo ello y sin duda el Festival Internacional de Teatro Clásico es el evento más importante de los no pocos que se celebran en nuestra ciudad, y en esa misma medida las instituciones locales como el Ayuntamiento o el Consorcio de la Ciudad Monumental y como no puede ser de otra manera nos volcamos en su buen desarrollo, tanto a nivel económico, como promocional, como logístico.
Pero el Festival va más allá, su sola existencia ha servido a lo largo de los años para promover un tejido relacionado con las artes escénicas de un nivel muy destacable para una ciudad de tamaño medio como Mérida. Compañías y profesionales independientes que colaboran y presentan sus espectáculos dentro de la programación del Festival, y también destacables eventos de carácter formativo o no profesional como pueden ser el Festival Grecolatino que este año celebró su XXVI edición o el Festival Escolar de Teatro Clásico Europeo que va por su XI edición. También este año iniciamos desde el ayuntamiento la primera edición de Escena Amateur, de carácter nacional, o en noviembre tendremos el Festival Ibérico de Teatro Hispano/Portugues.
La conclusión es que, pensando en el futuro, vamos a consolidar éstos y nuevos eventos que acompañen al Festival de Teatro Clásico, que sigamos apostando para que en conjunto Mérida no deje de crecer como la gran capital escénica de nuestro país. E igual que se consiguió en el pasado, nuevas declaraciones de la Unesco, como la del propio Festival de Teatro, o la consecución de ese Museo de la Ciudad para mejorar la oferta patrimonial y turística.
No poco por hacer, vamos haciendo camino, no dejen de disfrutar del 70 Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.