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Carmelo Arribas Pérez




A finales de noviembre en la librería Maemuki del polígono, Yolanda,  acogió a dos luchadores   de la cultura extremeña,  uno era Daniel Gordo  presidente de la OSCEC  (Órganu de Seguimentu i Cordinación del Estremeñu i la su Coltura)  y el otro Antonio Garrido, traductor del Principito de Saint-Exupéry, en Extremeñu, presentándonos “El Principinu” .

Y ambos además de presentar el libro, nos mostraron algo que sabemos, pero  a lo que no damos ninguna importancia, el que en Extremadura hay cuatro o cinco lenguas,  con una trayectoria histórica.  Porque, además del español/castellano, está la fala, el extremeñu, que la ONU identifica  como una lengua, dentro de la lista negra por el peligro que corre de desaparecer,  y podíamos incluir el que, por el famoso libro de Luis Chamizo, “El Miajón de los Castúos”,  se llama el castúo, que es el nombre que recibe el castellano hablado en Extremadura y añadir, evidentemente, el portugués rayano, que se habla, además de en Olivenza, en otras zonas fronterizas con Portugal.

La lucha por la lengua, que se habla en algunas de las partes de España y sobre todo las medidas que ha impuesto Cataluña, en su Comunidad,  que incluyen una financiación  a grupos, que más que defenderlo, atacan, y acosan a la lengua de todos, el español, ha provocado que en todas partes, se comiencen a ver las distintas, o las peculiaridades, de las formas de hablar, algo que ya captó  el gran filólogo,  Alonso Zamora Vicente que  se doctoró en Filología Románica (1942) con su trabajo centrado  en: “ El habla de Mérida y sus cercanías”, y fueron tales las aportaciones que hizo, en este estudio,  a la filología en general, que sirvió de modelo a todos los trabajos dialectológicos que se llevaron a cabo en España o entre los hispanistas de todo el mundo, hasta al menos, los años sesenta.

Y es que constató, que en aquella época, de menores comunicaciones, las formas y modismos en el habla habitual, eran distintos e identificables, a unos treinta kilómetros unos de otros.

En la actualidad, en el que el globalismo y el interés a veces supremacista de partidos independentistas, pretenden imponer una determinada lengua, acosando incluso al uso del español, como si esto fuera un abono para hacer crecer y pervivir, una supuesta identidad “nacional”  ha destapado un fenómeno peculiar, el de estudiar, publicar e incluso solicitar apoyos institucionales, para las diversas formas de hablar el español, con la existencia de palabras o giros, peculiares de una determinada zona. Cada día, aparecen noticias de ciertas lenguas de una región, como apuntalamiento a una identidad local. La última que leí fue la  del “leonesismo” como  un argumento más,  para conseguir la separación de Castilla y formar otra Comunidad Autónoma propia.  Y es que hasta la RAE, tiene recogido este término. El «leonesismo» según el Diccionario de la lengua española es una, “Palabra o uso lingüístico propios de los leoneses”.

Y es evidente que cada uno tenemos unas palabras, y hasta un tono en nuestra forma de hablar que hemos asumido en nuestra infancia y juventud, propias de nuestra ciudad y tierra de origen, y pese a que uno haya vivido en otro lugar durante muchos años, continua, tan es así que estas formas de hablar, a veces, han sido hasta consideradas como,  casi,  de analfabetismo en diversas zonas de España.  No   es difícil descubrir  los orígenes, de quien te habla, si se ha vivido en diversas partes y se conoce la forma de hablar en ellas, y que ha emigrado a otras CCAA.

Sin embargo  la lengua, y el idioma, que se inventó y evoluciona adaptándose a nuevos cambios sociales, para ponerse en comunicación, unos con otros, o sea, que debería ser un elemento de unidad y comprensión, y la quieren convertir en un “arma” de desunión. No gastan el dinero y crean chiringuitos, en las diversas CCAA, en el mantenimiento y divulgación de la lengua, como algo cultural, sino identitario, no para unir sino para mantener distancias entre las demás CCAA. Y esto recuerda el relato que describe la Biblia, sobre la Torre de Babel. ( Gen.11 1-9)

Y aunque personalmente me gusta más la versión de Nácar Colunga, o la de  Scio, cuya versión de la Biblia, en siete volúmenes latín/español con unos comentarios que me maravillan por ser del siglo XVIII y que “heredé”  de mi tío abuelo, voy a poner la de la Biblia del Oso, que llaman “Reina Valera” y que es la que se divulga más, a través de internet. ¿Y por qué pongo la cita de ella en lugar de las otras  Porque el autor fue un extremeño de Montemolín, Casiodoro de Reina, y es más conocido fuera que dentro de Extremadura, para que conozcamos un personaje ilustre más. De esta versión de la Biblia surgió la denominación de Jehová,  al Dios de la Biblia, que han asumido diversos grupos religiosos,  pero esto requeriría otro artículo.

“1Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras. 2Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí. …4Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra. 5Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres. 6Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. 7Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. 8Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. 9Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.”

Y visto lo visto, algunos no quieren la lengua que se habla también en su territorio, por cariño y cultura, sino como un elemento para convertir a España en una nueva Torre de Babel, para destruirla.

 

Pero según parece,   no tienen, pese al dinero de todos que están gastando y los chiringuitos montados: “El Govern de Cataluña destina casi un millón de euros en entidades pancatalanistas de la Comunidad Valenciana”. “Destacan las transferencias al Institut Ramon Llull, que ascienden a 1,6 millones de euros anuales y que se destinan a la promoción internacional de la lengua catalana”… “ El Gobierno vasco va a destinar un total de 392 millones de euros al departamento de Cultura y Política Lingüística para 2025,”…etc.  mucho éxito. Y es que la torre de Babel la están construyendo dentro de sus territorios y la destrucción futura se la están haciendo ellos mismos.

 

 

Carmelo Arribas Pérez.

 

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