Pedro Acedo
(Fue alcalde de Mérida durante 16 años)
Siempre vi (como millones de españoles), que la investidura del ganador de las Elecciones Generales, Núñez Feijóo no iba a salir adelante; entre otras cosas porque el que perdió dichas elecciones ya le veían maneras indultando a condenados por sentencia firme a los independentistas del golpe de estado catalán fracasado, y suprimiendo el delito de sedición, entre otras fechorías . Pedro Sánchez nos había mentido con alevosía y nocturnidad; por lo tanto es lógico que repitiera la jugada, y, efectivamente en ello está.
Mejor, está todo acordado con delincuentes y separatistas como ha ratificado recientemente el líder de ERC, Oriol Junqueras al asegurar públicamente que la amnistía ya está pactada con el PSOE (textualmente). Lo ha dicho quien lo ha dicho, pero todo es un teatrillo infumable, entre otras cosas porque todo está atado y bien atado con el copiloto de Junqueras que no es otro que él, criminalmente condenado y líder de JUNTS, Carlos Puigdemont; además de con los comunistas de Sumar y Podemos (que son los mismos) encabezados por la vicepresidenta del Gobierno de España y nueva progre-pija (solo hay que ver su nuevo peinado y sus modelitos diarios), Yolanda Díaz. Esta además, ha protagonizado lo que a todas luces ha sido el escandalazo más grande del año: la visita a Bruselas para reunirse con Puigdemont, con gastos pagados por su ministerio, hoteles de lujo y dietas para un séquito de 30 personas. Dicen que ha supuesto 500.000 € la reunión de la ministra con el delincuente. Nada. Percata minuta. Al fin y al cabo pagamos los españolitos.
Socialistas de siempre, representados moralmente por Felipe González, Alfonso Guerra, Joaquín Leguina, Nicolás Redondo, Rodríguez Ibarra…y millones de votantes socialistas que ven el fin de nuestra Nación como una posibilidad real si se consuma la amnistía y lo que no se cortan un pelo en proclamar los delincuentes condenados en firme por los jueces: Referéndum vinculante e independencia de España. Esto es el sanchismo. Nada que ver con el socialismo. Ya podían suprimir lo de español que figura en sus siglas. Lo de obrero hace tiempo que desapareció. Es más real la denominación PARTIDO SANCHISTA ANTI ESPAÑOL.
Pero lo más aberrante si cabe, es que no solo se quieren ir de España ¡es que nos quieren robar 450.000 millones! Si, si, leen bien, es la cantidad que exige JUNTS, que no es otra que la condonación de la deuda que tienen del Fondo de Liquidez Autonómico, más una cosa parecida a un fondo de pensiones. ¡Increíble! pero cierto. En resumen, Puigdemont y compañeros de mordida, con el consentimiento y aprobación necesaria de Sánchez, no solo quieren rompernos las piernas, sino que quieren la bolsa, la bolsa de los extremeños, andaluces, madrileños, castellanos…
No exagero, de verdad que no. Esto solo lo puede parar la calle. O el Rey Felipe VI negándose a firmar la ruptura de la Nación que juró defender. No veo otra posibilidad. Esperar cuatro años hasta las siguientes elecciones seguramente sería demasiado tarde. Y ni la oposición ganadora de las elecciones, ni los anteriores gobernantes socialistas podrán con el gran impostor que nos ha tocado sufrir.
Hoy, soy pesimista. Y lo escribe un optimista compulsivo. Creí, torpemente, que los españoles iban a reaccionar, sobre todo por las reiteradas mentiras del tipo que está rompiendo nuestra Nación por su enfermiza ambición. Y lo más decepcionante, al menos para mí, es que siendo verdad que el tal Sánchez ha perdido las elecciones, no es menos cierto que lo han votado cerca de ocho millones de españoles, y no es casual que haya sido la primera fuerza en Cataluña. Sea lo que tenga que ser, pero por favor, terminen con el infumable teatrillo. Y si se tienen que ir que se vayan, pero que no nos roben más. Al fin y al cabo es lo único que les importa.
