El alcalde, Antonio Rodríguez Osuna, ha presentado hoy en el Salón de Plenos el segundo volumen de las obras completas del poeta emeritense Rufino Félix Morillón, que lleva por título El tiempo y el mar. Antonio Rodríguez Osuna ha desgranado la personalidad el poeta a quien ha definido como “una referencia cuya obra es estudiada en universidades”.

El Ayuntamiento ha editado esta publicación, continuación de otro tomo con el mismo título que apareció en 2003, que ha contado con la colaboración del catedrático Francisco López Arza y la impresión de Gráficas Gaspar.

Rafael Rufino Félix Morillón es el decano de la tradición poética emeritense. Esta tradición se mantiene en el siglo XX con escritores como Jesús Delgado Valhondo, Félix Valverde Grimaldi, en grupos poéticos como Alcandoria y Gallos Quiebran Albores y culmina en la poesía de Rufino Félix, que se encuentra recogida en poemarios como Tarde cerradaMemoria de la luzLas ascuasMies encendidaComo un adiós de sedaReencuentro o El tiempo y el mar, cuyo segundo tomo se presenta ahora.

“Rufino Félix – ha explicado López arza- ocupa un lugar de privilegio en la poesía extremeña; sus poemarios son auténticos, con versos que se graban para siempre, de una riqueza léxica exquisita y un sentido del ritmo delicado y nostálgico, que vibra ajeno a modas de época para alzarse con una obra intemporal”.

Señala Antonio Salguero Carvajal, Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Extremadura y profesor de Lengua y Literatura, que “Rufino Félix ha construido un mundo poético, cuyo centro lo ocupa Mérida (para él, “un estado del alma”) y, sobre todo, lo llena “aquella Mérida que abarcaba con mis brazos y me cabía en el alma”, como declara en “Paseo en la amanecida” de su Reloj de arena, libro donde recoge entrañables vivencias, que son un ejemplo de sincero aprecio por su lugar natal”.

Críticos, escritores y catedráticos han dicho que Rufino Félix será reconocido como uno de los grandes poetas de este siglo; unos le han definido como “orfebre del lenguaje”, y otros han dicho de él que es un “poeta pleno, maduro, de ricos rasgos afectivos, con un gran domino del ritmo, que trabaja con maestría el verso libre y es capaz, al mismo tiempo, de construir envidiables sonetos”.

Rafael Rufino Félix nació hace 91 años en la calle Arquitas. En el instituto de enseñanza media de la calle Moreno de Vargas, “Santa Eulalia” fue alumno de Alonso Zamora Vicente. En las tertulias emeritenses de los años 50 compartió espacio con Félix Valverde, Díaz Santillana, Demetrio Barrero o Tomás Rabanal.

En esos años vive con intensidad la literatura; desde Mérida colabora de forma activa en revistas como “Olalla”, “Nueva poesía” o “Adelfos”; y en sus años de estudiante de peritaje industrial en Madrid conoce en las tertulias de los cafés de moda (el Lisboa, el Lyra o el Nacional)  a personalidades como Dámaso Alonso, José García Nieto, Luis Felipe Vivanco o Federico Muelas.

Ya en 1989 ve la luz el poemario “Tarde cerrada” que es un compendio, la esencia de todos los temas que se irán desarrollando con posterioridad en “Crestería de la sal”, la “Consumación del tiempo”, “Párpados de espumas”, Memorias de la luz”, “Las ascuas” (Premio Ciudad de Salamanca 2001), que vino a confirmar la indiscutible calidad de su obra poética, o “Reloj de arena”, una selección de artículos publicados en el diario HOY bajo ese epígrafe, y donde al hilo de los acontecimientos más recientes, Rufino Félix rememoraba el pasado emeritense y toda una época que va de los años 40 a los 80.

El 28 de noviembre de 2003 fue nombrado Hijo Predilecto de la Ciudad por la Corporación Municipal. En el expediente elaborado por el Ayuntamiento con este motivo se dice de él que “es un emeritense dedicado al descubrimiento estético de lo que a los demás nos parece anodino y obvio”.

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