Marta Gervasia Garrido Moreno

Concejala VOX Ayto de Mérida


El 10 de Octubre de 2018 (se van a cumplir tres años ya) fue adjudicado a la empresa Larry Smith el concurso de Concesión de obra pública para la Redacción del Proyecto, Ejecución de las obras y Explotación del edificio «Mercado de Calatrava» y su entorno. Esta adjudicación fue formalizada el 5 de noviembre del mismo año.

Antes de esa fecha, habían sido progresivamente desahuciados por el Ayuntamiento todos los comerciantes que, durante décadas, habían tenido allí su puesto de pescados, carne, legumbres, hortalizas, pan,… pagando religiosamente sus correspondientes rentas al erario municipal.

Pero desde el Ayuntamiento socialista se discurrió que ese modelo de negocio era arcaico, y que había que explotar el estratégico y emblemático edificio del centro de Mérida de una forma más moderna. Asemejándose a los Mercados de la Boquería de Barcelona o el Mercado de San Miguel en Madrid; es decir, unos espacios gastronómicos gourmets y elitistas.

La idea, en principio no era descabellada, pero tres losas pesaban sobre ella: Larry Smith consigue financiación a sus proyectos cuando tiene comercializados más del 70% de los mismos, y a los altísimos precios que estaba comercializando los cincuenta puestos a alquilar en el mercado reformado, no alcanzaba los suficientes compromisos por parte de interesados; el sector de la hostelería en Mérida estaba ya muy saturado, por lo que era complicado que nuevos negocios se pudieran instalar, y mucho menos a los precios exigidos por la comercializadora (por ejemplo, al Bar Benito le pidieron 4.000 € por la terraza en la que tiene instalada 10 mesas); el Ayuntamiento, una vez, efectuada la concesión, se desentendió completamente del asunto, con las fatídicas consecuencias que hoy sufrimos.

Según el pliego de Condiciones del Concurso, Larry Smith contaría con 4 meses para la redacción del Proyecto definitivo y 20 meses para la rehabilitación completa del edificio. El Proyecto fue presentado a los medios a finales de marzo de 2019, con gran bombo y platillos, y dos meses después, en mayo recibió la pertinente licencia de obras. Anunciando que estaría abierto en Navidades de 2020.

Sin embargo, no fue hasta mediados de agosto de 2019 cuando la empresa Gallardo Barrera, S.L. acometió durante pocas semanas los trabajos de la primera fase, consistentes en limpieza, derribo de instalaciones no recuperables y desescombro en el interior del inmueble.

Desde esas fechas las obras de rehabilitación se pararon. En enero de 2020, este Grupo Municipal de VOX, cayendo en la cuenta de que quedaban menos de 10 meses (menos de la mitad del plazo concedido) para la rehabilitación completa del edificio y para que fuera recepcionado por el Ayuntamiento, asunto ya muy complejo técnicamente, preguntamos al Ayuntamiento si tenían garantizado en alguna forma que se concluirían las obras en el plazo previsto, si tenían algún tipo de control sobre el calendario de las mismas, y si la empresa Larry Smith había conseguido la financiación suficiente para la ejecución de las obras (tres millones de euros).

Recibimos una lacónica respuesta: “todos esos asuntos correspondían a la empresa privada adjudicataria”.

No fue hasta noviembre de 2020 (dos meses antes de que el Ayuntamiento hubiera de recepcionar legalmente las obras y un mes antes de la fecha comprometida de apertura) cuando la Administración Municipal se dio cuenta de que la adjudicataria no se las entregaría. (Estuvieron muy sagaces) y denunciaron el concurso por incumplimiento.

La batalla judicial estaba servida.

Mientras, durante meses, el mercado estuvo rodeado por vallas que comprometían la seguridad de los viandantes y afeaba la contemplación de un edificio protegido tanto de los ciudadanos como de los visitantes. En marzo de 2021 solicitamos su retirada, a la que nos contestaron que no se podía acceder a eso, porque era asunto de la empresa adjudicataria y ponía en riesgo la seguridad de los viandantes. Sin embargo, en la mañana del 31 de mayo (dos meses después) los servicios municipales retiraron el vallado perimetral (al parecer, la seguridad de los ciudadanos, según nos argumentaron antes, ya no estaba en juego, debía ser por el calor…).

El mes pasado, la Alcaldesa en funciones anunció que Larry Smith había quebrado, por lo que ya se habían solventado todos los problemas. Al parecer, nuestra Concejal Dª Carmen Yañez no sabe distinguir entre un concurso de acreedores y una quiebra, pero bueno, tiene varios abogados en el Exmo. Ayuntamiento que se lo aclararán.

Poco después, nuestro Alcalde, anuncia que el Mercado de Calatrava se va a convertir en un espacio “multicultural”, o sea, en un cajón desastre para cualquier ocurrencia que vayamos discurriendo sobre la marcha. También afirma que lo ha consensuado con “agentes sociales”. Tras varias llamadas efectuadas a colectivos sociales, nadie sabe nada de ese consenso, y garantizamos que el Sr. Alcalde no nos ha llamado a consultas a ningún grupo político del Ayuntamiento (que somos representantes de los ciudadanos) para cuestionar nuestra humilde opinión al respecto.

Tras la apertura del Teatro Cine María Luisa, el centro de Mérida tendrá numerosísimos espacios culturales: Sala Trajano, Templo de Diana, la propia Plaza de España, el Centro Cultural Alcazaba, el Teatro y Anfiteatro Romanos, el Palacio de Exposiciones y Congresos, el Parque de las Siete Sillas, el Museo del Costurero (que sigue inexplicablemente cerrado) …¿un nuevo espacio “multicultural”? ¿De verdad no se le podía haber ocurrido nada mejor?

Mientras tanto, Unidas Podemos propone una consulta popular, un referéndum, para ver que otras ocurrencias propone la ciudadanía. Es obligación del político ofrecer soluciones, no pedirlas.

Como colofón a esto, resulta que “Larry Smith” no estaba quebrada (como afirmó Dª Carmen Yañez), tan sólo en concurso de acreedores, y que ha anunciado que recurrirá a los tribunales. Por poco que dure el procedimiento judicial, se irá a dos o tres años, en los que se paralizará cualquier posibilidad de dar vida a un edificio emblemático de la ciudad y que podría servir de pulmón comercial para revitalizar el centro de la ciudad (muy dolido tras la marcha de “Zara”).

En conclusión, desde que él último comerciante tradicional del Calatrava se marchó (2018) hasta que se resuelva el procedimiento judicial contencioso –administrativo finalmente (quizás en el 2025), 7 años cerrado por un capricho vanguardista y “moderno” de la actual administración municipal socialista, pésimamente adjudicado y horriblemente gestionado.

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