Félix Pinero

Periodista y escritor

Es Académico Correspondiente de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes


 

José María Alcaraz y Alenda (Aspe, Alicante, 23/04/1877; Badajoz, 22/07/1971) fue nombrado obispo de Badajoz el 13 de marzo de 1930 cuando era canónigo penitenciario de la catedral de Orihuela. Su predecesor, Ramón Pérez Rodríguez, obispo de Badajoz entre 1920 y 1929, fue promovido al Vicariato General Castrense. Alcaraz y Alenda fue nombrado hijo adoptivo de Mérida el 12 de noviembre de 1951, hijo predilecto de su pueblo natal en 1959 y recibió la medalla de oro de Badajoz el 29 de diciembre de 1960.

Estudió la carrera eclesiástica en el Seminario Diocesano de Orihuela y Teología en el Colegio Español de Roma. En la Ciudad Eterna permaneció hasta 1904 y allí obtuvo el doctorado en Filosofía y Teología y recibió el presbiterado el 20 de julio de 1901.

Al reintegrarse a la diócesis, fue nombrado profesor del Seminario, en el que explicó Teología General, Dogmática y Moral, Historia Eclesiástica e Instituciones Canónicas. Fue prefecto de teólogos y vicerrector. En 1917 obtuvo por oposición la canonjía Penitenciaria de Orihuela. En 1923 fue designado secretario de cámara del Obispado y vocal del patronato de la Caja de Ahorros de Orihuela, examinador sinodal y consiliario de la junta diocesana de Acción Católica de Mujeres.

Preconizado obispo de Badajoz el 13 de marzo de 1930, fue consagrado en la iglesia de san Agustín de Orihuela por el nuncio monseñor Tedeschini, asistido por los obispos de Orihuela, monseñor Irastorza, y de Madrid-Alcalá, monseñor Eijo Garay. Tomó posesión de la diócesis el 24 de septiembre.

El doctor Alcaraz y Alenda fue un enamorado y celoso propulsor de la Acción Católica, que vitalizó durante su pontificado. La toma de Badajoz le sorprendió en la ciudad y su vida fue respetada durante los primeros días y, a pesar de la violencia desatada, pudo continuar con el normal gobierno de la diócesis tras ser liberada la ciudad.

La prolongada estancia del doctor Alcaraz al frente de una diócesis tan extensa como la de Badajoz y su avanzada edad motivaron que en 1955 fuese nombrado para ayudarle como obispo coadjutor Eugenio Beitia Aldazábal, quien permaneció a su lado hasta 1962, en que fue nombrado obispo de Santander. Le sucedió como obispo coadjutor Doroteo Fernández, anteriormente obispo auxiliar de Santander, quien desde su llegada a la diócesis residió en el Seminario, ya que el doctor Alcaraz continuaba ocupando el palacio episcopal por ser el obispo titular de la diócesis.

El doctor Alcaraz y Alenda falleció en Badajoz el 22 de julio de 1971, recibiendo sepultura en la catedral. Fue el septuagésimo séptimo obispo de Badajoz, al que siguió Doroteo Fernández (1971-1979) y Antonio Montero (1994-2004), quien continuó ya como arzobispo de Mérida-Badajoz (1994-2004), al que siguieron Santiago García Aracil (2004-2015) y Celso Morga (2015-2023). El 14 de septiembre pasado, la Santa Sede hizo público el nombramiento del arzobispo coadjutor de la archidiócesis a favor de José Rodríguez Carballo, para cuando esta quede vacante.

En el Pleno Municipal del Ayuntamiento de Mérida, en sesión ordinaria del 12 de noviembre de 1951, “se dio lectura de atento saluda que dirige al señor alcalde-presidente el presidente de la Junta Parroquial de Santa María la Mayor, por el que comunica haber sido nombrado el Sr. Alcalde vicepresidente de la comisión organizadora de honor de los actos que han de celebrarse en nuestra ciudad en homenaje a nuestro amado prelado y solicita de la Corporación el nombramiento de Hijo Adoptivo de Mérida para Su Excelencia Reverendísima. El Sr. Alcalde da a conocer su gustosa aceptación del nombramiento que se le ha hecho. Propone que, en atención a los grandes méritos de nuestro obispo hechos patentes a través de una larga y piadosa vida, sea nombrado Hijo Adoptivo de esta ciudad.

Luego de conocidos los antecedentes de la propuesta que se formula y por aclamación se acuerda: declarar Hijo Adoptivo de Mérida al Ilmo. y Rvdmo. Sr. Prelado de la Diócesis de Badajoz, D. José María Alcaraz y Alenda, por obstentar (sic), entre otros muchos, los siguientes méritos: su larga vida de virtudes, dedicada al sacerdocio; su actividad y celo desplegados durante su actuación rigiendo la misma; su acendrado cariño y apoyo a toda actividad piadosa demostrada en todo momento y en muchas ocasiones especialmente con Mérida; facultar ampliamente al Sr. Alcalde para que colabore representando a esta ciudad en los actos organizados con motivo del jubileo sacerdotal de nuestro Rvdmo. Prelado; trasladar estos acuerdos al Excmo. Sr. Gobernador Civil para su aprobación, así como al Ilmo. y Rvdmo. Sr. Obispo para su conocimiento”.

En la sesión ordinaria de pleno de 29 de enero de 1952, se dio lectura del oficio del Gobierno Civil de Badajoz, de 7 de enero de 1952, “en el que se traslada el escrito del director general de Política Interior por el que se accede a lo solicitado por la autoridad municipal en solicitud de autorización para nombrar hijo adoptivo al Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de la Diócesis”.

El Dr. Alcaraz y Alenda fue nombrado hijo predilecto de su pueblo natal, Aspe (Alicante) en 1959 y recibió la medalla de oro de Badajoz el 29 de diciembre de 1960 de manos del alcalde, Ricardo Carapeto Burgos.



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